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Receta para hacer galletas red velvet ¡deliciosas!

¡Hoy te queremos consentir con una de nuestras recetas favoritas! Le dimos una vuelta al clásico pastel red velvet y lo convertimos en galletas que son facilísimas para hacer en casa.

¡Dale play al video!

Ponte el mandil y alista los siguientes ingredientes:

  • 110 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
  • 100 gramos de azúcar mascabado 
  • 75 gramos de azúcar blanca
  • 1 huevo
  • 200 gramos de harina
  • Una cucharada de cocoa 
  • Una pizca de sal
  • La punta de una cucharadita de polvo para hornear o bicarbonato de sodio
  • Media cucharadita de esencia de vainilla
  • Media cucharadita de colorante vegetal rojo
  • 180 gramos de chocolate blanco en trozos

¡Hora del postre!

La clave de esta receta es no batir de más la mezcla. Así que te recomendamos hacerlo rápido para lograr mejores resultados.

Precalienta el horno a 200°C. 

Primero, bate la mantequilla con ambas azúcares hasta que tome una consistencia esponjosita.

En cuanto estén incorporados los ingredientes, agrega el huevo, después el colorante rojo y la esencia de vainilla. Aquí tienes el control para definir qué tan rojas serán tus galletas red velvet.

En un recipiente aparte, mezcla la harina, la sal, el polvo para hornear y la cocoa.

Baja la velocidad de la batidora e incorpora poco a poco los ingredientes secos. 

Para terminar, el chocolate. Puedes utilizar chispas o cortar una barra cortada en trozos.

Empaca la mezcla con plástico autoadherente y refrigera por media hora. En esta receta, el frío es lo más importante, pues le dará forma a tus galletas.

Mientras esperas, alista una charola con papel encerado o un tapete de silicón. Saca la mezcla del refri y con un scoop para helados, porciónala en bolitas.

Colócalas en la charola con aproximadamente cinco centímetros de distancia entre cada una, esto evitará que se peguen al hornearse. 

Refrigera o congela una vez más por 15 minutos, o hasta que las bolitas estén duras.

Hornea por 18 minutos a 200°C. Sabrás que están listas cuando las orillas comienzan a estar más doraditas que la superficie.

Apaga el horno, sácalas y… resiste la tentación. Déjalas enfriar para que tengan una mejor consistencia y sabor.

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