
En un banquete navideño, la cristalería no es un accesorio: es el marco donde sucede todo. Así puedes elegirla y transformar la experiencia sin gastar de más.

En los banquetes navideños solemos poner la atención en el pavo, el lomo, los postres o la logística. Pero en realidad, hay un elemento silencioso que define más de lo que creemos: la cristalería. Copas, vasos, jarras y pequeños detalles de vidrio que, bien elegidos, pueden darle a la cena un aire de restaurante, incluso si lo servimos en el comedor familiar.
En la gastronomía mexicana, especialmente en estas fechas, la cristalería no solo cumple una función práctica: transmite intención, orden y celebración. Y aunque pareciera un tema puramente estético, lo cierto es que influye en el aroma, la temperatura y la forma en que percibimos las bebidas, desde un espumoso hasta un ponche. Aquí tienes una guía y tips concretos si te vas a aventar a organizar un banquete navideño.
La cristalería se relaciona directamente con la experiencias que vivimos a la mesa. Cada tipo (y su forma, grosor y tamaño) puede modificar cómo se comporta tu bebida y hasta cómo te sabe.
En otras palabras: no es solo decoración. Es una herramienta funcional para que lo que servimos llegue a la mesa como debe. No tienes que buscar tu cristalería en mil lados, puedes encontrarla con proveedores especializados que manejen diferentes estilos y materiales, como Maha.
No necesariamente debes buscar uniformidad absoluta, sino personalidad, así que puedes combinar, eso sí, debe verse intencionada.

No te abrumes, lo importante es tener estos cuatro tipos de cristalería:
En un banquete navideño, la cristalería no es un accesorio: es el marco donde sucede todo. Y elegir bien puede transformar la experiencia sin gastar de más.
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