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Más allá de la leche

Por Animal Gourmet

No recuerdo cuando fue la última vez que probé la leche, debió ser en ese periodo anterior al uso de razón, lo cierto es que mi madre dice que no tendría más de dos años cuando ya, contundente, rechacé el biberón con aquel líquido blancuzco que ya consideraba repugnante, como hasta hoy. Y es que la leche es uno de los pocos alimentos que, literalmente, me da vasca y no sólo no la tomo sino que no soporto ni olerla.

¡Ah pero si la leche deja de ser líquida! Si la leche se cuaja, si la leche se ahúma, si la leche se fermenta, si la leche se transforma entonces se convierte, para mí, en el alimento más conmovedor, más delicioso y más perseguido del mundo.

¡Ah pero si la leche deja de ser líquida!

En una época en la que estuve hospitalizada varios meses, y me era imposible comer, incluso oler, la sosa cocina intrahospitalaria, lo que pedía a gritos es que me pasaran de contrabando un pan con Roquefort, el epítome de los quesos, mientras más blando, más oloroso, más verdiazul, mejor.

No hay un solo queso que no me guste, que no disfrute, que no sea para mí un goce puro, sobre todo cuando es auténtico —y si tiene denominación de origen mejor—: desde la frescura del panela jalisciense, las hebras oaxaqueñas, la personalidad única del queso de Chiapas con su cremor acidito, o el delicioso Chihuahua, que se deshace en la boca fresco o derretido; hasta la personalidad cremosa del Brie y del Camembert, los olorosos Reblochón, Port Salut, Morbier y aledaños; la contundencia del Gruyère o el Emmental, la perseguida delicia de un Manchego de oveja madurado o su similar Idiazabal, pasando por cualquier novedosa variedad que se presente en el camino y terminando con el queso de cabra de la tierra de mi madre —las islas Canarias— y el mítico Roquefort del que ya he hablado.

…no le hago feo a ningún queso que se me presente en el camino…

Sin embargo, ojo, no le hago feo a ningún queso que se me presente en el camino —a excepción de las despreciables imitaciones que venden en el súper— ya sea nacional o extranjero: añejito, asadero, raclette, mozarella, burrata, con ceniza, como sea, lo que sea, a la hora que sea. El queso me conmueve.

Pilar Montes de Oca*María del Pilar Montes de Oca Sicilia es directora de la revista Algarabía, donde escribe con frecuencia, es lingüista; apasionada del lenguaje y lo que lo rodea. También es invitada frecuente a programas de radio y televisión.