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‘Comer, rezar y amar’: Julia Roberts de gira con crisis existencial

Por Animal Gourmet

El tema de la “crisis de los 40” ha sido abordado en más de una ocasión en el panorama cinematográfico, la mayoría de las veces con un protagonista masculino como  víctima de la depresión cuarentona. Pocas son las películas que han puesto en la mesa la premisa de que no sólo los hombres son quienes padecen de dicha crisis existencial (y que, se rumora, se acentúa en las fiestas navideñas), sino que las mujeres también navegan en ocasiones por estos terrenos tormentosos.

Es curioso ver a la Novia de América (Julia Roberts para la mayoría de los mortales) en un papel lejos de sus habituales comedias románticas en las que chico conoce chica y todos viven felices para siempre. En esta ocasión, la Roberts se mete en el papel de una mujer que, precisamente, se enfrenta a la duda que siempre nos asalta en algún momento de nuestras vidas: “¿En verdad estamos llevando la vida que realmente queremos llevar?”. Esa es la pregunta que tratará de responder el personaje interpretado por Roberts durante las excesivas dos horas de metraje que dura el filme.

El largometraje está basado en la novela del mismo nombre y dirigido por la mente bipolar de Ryan Murphy, responsable de grotescas obras maestras como Nip/Tuck y American Horror Story, así como de fiascos como Glee. Estamos de acuerdo en que este hombre es capaz de sacarle a un proyecto lo peor o lo mejor, rara vez con resultados intermedios.

La película sirve bastante bien como un deleite visual y como un tour al estilo de National Geographic, además de alegrar la pupila de quienes somos fans de Julia Roberts; sin embargo, como una invitación a la reflexión, el filme deja bastante que desear. En parte, la cinta falla en querer darle un aire new age al entorno, pero a la vez no quiere despegarse de los clichés del cine hollywoodense que hacen a una película rentable.

De igual forma se trata de lanzar al aire dilemas existencialistas, tirándole a terrenos filosóficos, pero sin que realmente haya una base o un punto para que el público debata dichos planteamientos. Básicamente, la trama gira en torno a la lucha interna de Liz Gilbert y cómo ella, agobiada por tantos problemas –con una depresión encima, por si fuera poco– decide dejar su natal Nueva York y perderse en el bagaje cultural y gastronómico de Europa, haciendo una parada en el entorno espiritual de la India.

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Para acompañar… Ragú de pato

Ingredientes

  • 500 mililitros de aceite
  • 1.6 kilogramos de pato deshuesado
  • 25 gramos de harina
  • 10 gramos de ajo
  • 50 gramos de cebolla
  • 50 gramos de puré de tomate
  • 200 mililitros de vino blanco
  • 500 mililitros demi-glacé (salsa de harina, mantequilla y caldo vegetal o animal)
  • 1 litro de fondo de ave
  • 1 sachet d’epice (bolsita de manta de cielo con especias)
  • 30 gramos de harina de trigo
  • 200 gramos de cebolla cambray
  • 15 gramos de tocino
  • 200 gramos de champiñones
  • El jugo de un limón
  • Sal y pimienta al gusto

Procedimiento

Cortar el pato en ragout (piezas de 40 gramos cada una, aproximadamente), picar la grande y el ajo. Cortar el tocino en cubos medianos. Cortar el rabo de las cebollitas de cambray; lavar y cortar los champiñones por la mitad.

Preparar el sachet d’epice: en manta de cielo poner: 2 hojas de laurel, 4 clavos, 5 gramos de pimienta blanca entera, 3 ramas de tomillo, 3 ramas de romero y amarrar con hilo de cáñamo.

Aparte sazonar y pasar por harina el ragout de pato y saltear en aceite bien caliente hasta sellar. Reservar. En el mismo sartén saltear el tocino y una vez que esté ligeramente dorado agregar la cebolla y continuar salteando hasta que se vea transparente, agregar el ajo. Regresar el ragout de pato y mezclar bien.

Agregar el puré de tomate y saltear. Desglasar con el vino blanco, agregar el fondo de ave y el demi-glacé. Agregar el sachet d’epice, tapar y dejar cocinar por 20 minutos.

Pasados los 20 minutos, agregar los champiñones previamente salteados y las cebollitas de cambray y dejar en el fuego hasta que las cebollitas estén cocidas.

Verificar sazón y servir.

Receta por Haute Cuisine Cooking School

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