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#50SaboresMexicanos El lado amable (y refrescante) del coco

Por Animal Gourmet

Originario del sudeste asiático, existe una teoría de que el coco —fruto del árbol Cocos nucifera, perteneciente a la familia botánica de las Arecáceas— llegó a nuestro país flotando por el oceáno Pacífico gracias a las corrientes marinas.

A pesar de su origen, se le considera endémico de México pues existía aún antes de la llegada de los españoles. Sin embargo no era de consumo en tierras mexicanas hasta que se establecieron lazos comerciales con Filipinas, a través de la Nao de China, especialmente por la producción de tuba, una bebida elaborada a base de este fruto.

No se tienen registros claros del uso del coco en la época prehispánica y al parecer su consumo está ligado también a las comunidades negras quienes conocian y disfrutaban del fruto. Al llegar a la Nueva España difundieron su uso junto con las comunidades orientales.

Hoy en día los estados que más cultivan el coco en México son Colima, Guerrero y Yucatán. Se disfruta en el centro del país y por supuesto en los territorios costeros donde es común su consumo como alimento e incluso como material para la fabricación de artesanías.

En el Distrito Federal goza de muy buena fama. Actualmente es común encontrar en las calles de la ciudad —particularmente en tianguis o esquinas— expendios donde se oferta la crema de coco, una bebida refrescante cuya popularidad durante las épocas de calor. La consistencia de esta bebida es más densa que un agua de coco, dulce y con un destacado sabor a la pulpa del coco. Se sirve con hielo.

El aporte nutrimental de 100 gramos de coco es de 692 kilocalorías, 14.3 gramos de hidratos de carbono, 7.1 gramos de proteínas y 67.4 gramos de lípidos.

El agua y la crema de coco gozan de gran popularidad en el Distrito Federal. // Foto: Diógenes (Creative Commons).

El agua y la crema de coco gozan de gran popularidad en el Distrito Federal. // Foto: Diógenes (Creative Commons).

Tradicionalmente los vendedores ambulantes de frutas, en parques y escuelas, bañan trozos de coco con limón, salsa picante o chile piquín y sal; en las paleterías se hacen paletas heladas de agua o de leche. Por otro lado su ralladura se emplea en postres como el alfajor, las cocadas y los limones rellenos de coco y en los estados de la costa se vende su agua natural tanto en playas y carreteras donde se ofertan “cocos fríos” los cuales no tienen tanta carne, que es de cosnsitencia gelatinosa por ser todavía muy “tiernos”.

En Colima se consume la tuba, una bebida fermentada hecha con agua de coco, y en vinagre de tuba; los campechanos o quintanarroenses preparan el camarón en salsa de coco, gracias a la influencia de Belice.

En inglés: coconut. En francés: noix de coco.

Alfajor de coco de Colima

Entre la variedad de dulces regionales se encuentran aquellos que se realizan con los frutos secos y el coco entra en esa categoría y cuya receta publicada en el libro Especialidades regionales cocina mexicana compartimos con ustedes.

Ingredientes

  • 700 gramos de coco fresco rallado
  • 3 tazas de agua
  • 1.4 kilogramos de azúcar
  • 1 rama gruesa de canela
  • 30 obleas

Preparación

Moler el coco hasta formar una pasta fina. Poner el agua, el azúcar y la canela al fuego hasta que la miel tome punto de bola. Incorporar el coco molido. Mezclar hasta formar una pasta.

Vaciar en moldes rectangulares de madera o de cartón forrados de obleas y llenar hasta la mitad.mEl sobrante se pinta con color vegetal rosa mexicano y con él se completan los moldes.

Consejo:

  • Al mezclar el coco se recomienda usar una pala de madera.

Nota: La riqueza nutrimental de los ingredientes consignados en cada cédula, no radica en el contenido total de nutrimentos o en la cantidad específica que aportan de vitaminas y/o minerales (micronutrimentos) sino en su combinación en el consumo, lo cual origina platillos de un alto valor nutrimental.

La información nutrimental fue proporcionada por NUTRICANAH: María del Carmen Suárez Solana y Giovanna Ortega Rivero. La supervisión botánica de Edelmira Linares Mazari y Robert Bye, etnobotánicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).