La experiencia a la hora de comer puede dar un giro de 360 grados si te animas a cocinar con cerveza. Usarla como ingrediente puede ser tan rico como tomarla; sus características únicas aportan textura y más sabor a los platillos.
La complejidad de una chela suma sabor y además trae beneficios al organismo; hay estudios que aseguran que el lúpulo -aquella flor que da las notas amargas y aromáticas- puede prevenir coágulos sanguíneos y reducir el colesterol. Además tienen flavonoides que son un gran antioxidante.
Ahora sí, córrele por un six y disfruta mientras pruebas estos consejos.
Usa una cerveza que sabes que te gusta
Si hay alguna chela que realmente no disfrutas cuando la bebes tampoco te gustará al agregarla en tu comida. La clave para saber qué variedad utilizar es elegir una cerveza con la que estés familiarizado y asegurarte de que el sabor combina con el resto de los ingredientes.
Las cervezas ligeras como las Pilsners y Lagers combinan con platillos delicados; piensa en pollo, pescados, arroces o pasta.
Las oscuras como las variedades Porter y Stout complementan platos robustos, es decir, son maravillosas para ser el fondo de un estofado de res o cerdo.
Si te gustan los sabores terrosos como las Pale Ale o IPA quedarán perfectas con platos aromáticos y profundos cuyos ingredientes son hierbas o vegetales.
Conoce su volumen alcohólico
Una cerveza con mayor volumen alcohólico será más fuerte y más amarga, las de volumen bajo se pueden mezclar más fácilmente.
Cocinar con cerveza eliminará completamente el alcohol con el calor pero quedarán esbozos del sabor. Si el guisado hierve, es perfectamente apto para que lo coman niños y personas que no beben.
Empieza por cervezas ligeras
Si es la primera vez que intentas cocinar con cerveza, te recomendamos utilizar variedades como Pale Ale y Nut-Brown Ale; los sabores son bastante neutrales y aportaran características delicadas a los platos.
Conforme vayas tomando más experiencia apuéstale a Stouts, Porters u opciones más complejas.
Chela como líquido de cocción
Aprovecha la cerveza para cocinar ahí carnes y vegetales, de esta forma tendrás estofados ricos o guisados muy completos.
Sabemos que hay personas que agregan un poco de vino al agua de cocción de la pasta pero te recomendamos no hacerlo con la chela ya que tienen composiciones muy parecidas y no sumará en nada.
Siempre que la utilices como fondo es importantísimo checar la sazón constantemente. Recuerda que la cerveza tiene minerales y azúcares, así que sólo haciendo ajustes lograrás el equilibrio perfecto en el plato.
No abuses
Vertir mucha cerveza mientras cocinas puede hacer que no salga tan bien como crees. Que la mesura sea tu mejor aliada y más cuando es tu primera vez; es más fácil añadir si falta que quitar ya que la añadiste.
Entre más puedas cocinar con cerveza te darás cuenta que el tiempo es importante, a más tiempo más concentración.
Neutraliza alimentos ácidos
Frutas cítricas, jitomates, mostaza y hasta vinagre pueden beneficiarse con una reducción de cerveza. La Pilsner es excelente opción para equilibrar sabores ácidos por su toque dulce y alta carbonatación.
Marina carnes
La cerveza es un ablandador maravilloso, lo cual la hace el ingrediente perfecto para utilizar en ese corte que quieres poner en el asador. La próxima vez que prepares una marinada -ya sea para res, pollo y hasta pescado- coloca una pequeña porción de cerveza junto con los sazonadores.
Si quieres algunas ideas, aquí te dejamos algunas para marinar.
Aprovecha el poder de la levadura
Si esta palabra te suena familiar es porque el pan y la cerveza generalmente utilizan la misma levadura en su elaboración. Piensa en la perfección de una brioche: si se enriquece con chela tendrá más carácter y será más esponjosa.
¿Ya te animaste? Muy bien, solo no añadas la cerveza fría, deja que esté a temperatura ambiente antes de agregar a tu masa.
Úsala en verduras
Los lúpulos amargos y la malta almibarada complementan verduras dulces como pimientos, cebollas, zanahoria y maíz. La próxima vez que ases verduras considera primero mojarlos con cerveza antes de meterlas al sartén.
