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Abriendo los ostiones / Foto: Azucena Pacheco

Ostiones al tapesco: la delicia tabasqueña hecha de sal, humo y madera

Por Azucena Pacheco

Los ostiones al tapesco son un platillo que sólo puedes encontrar en el municipio de Paraíso, Tabasco a 45 minutos de Villahermosa.

Esta creación de los habitantes de Paraíso se popularizó en el Corredor Gastronómico El Chivero, al que te recomendamos asistir para vivir la auténtica experiencia de comerlos a la orilla del manglar y donde está la casa de Federico Jiménez.

Como Federico, muchos de los pescadores de Paraíso tienen en este platillo y la recolección de ostiones su medio de subsistencia y son unos verdaderos expertos en esta preparación, pero si de plano no tienes tiempo, también los puedes probar en La Cevichería de La Venta.

Bien vale la pena la vuelta para saborear unos ostiones frescos, ahumados y diferentes a todos los que has comido, además de tener la oportunidad para conocer un sitio pintoresco y navegar en el Río Grijalva o la laguna de Mecoacán.

La barbacoa de los mariscos

Ostiones al tapesco

La barbacoa de los ostiones / Foto: Jesús David Acuña

En una parrilla casi a ras de suelo, separada de él sólo por un par de bloques de cemento, los recolectores de ostión colocan palma de coco seca, hojas de pimienta y sobre la parrilla, los ostiones que recolectaron en la mañana en la laguna de Mecoacán.

Encima de los ostiones colocan más hojas de pimienta y los tapan con hoja de plátano, lo que hace las veces de un horno. Con la palma de coco seca prenden el fuego en el carbón de mangle y se van ahumando y cociendo.

Como puedes ver, todos los ingredientes involucrados en la preparación de esta delicia los obtienen de su entorno y las cosechas de sus patios, lo que los dota de aromas y sabores inigualables.

Cuando las hojas se consumen y los ostiones al tapesco comienzan a tronar -casi como si fueran palomitas de maíz- avisan que están en su punto. Se retira la parrilla del fuego, los pescadores los abren con cuchillo y… ¡a disfrutar se ha dicho!

Hay que comerlos recién salidos del horno, aún humeantes

Ostiones al tapesco

Ya están listos / Foto: Jesús David Acuña

El sabor ahumado que desprenden estos ostiones los hace perfectos para comerlos así, sin ningún aderezo, pero también saben riquísimos si les agregas limón, sal a tu gusto y unas gotitas de la omnipresente salsa tabasqueña de chile amashito.

La casa de Federico, está en la mera orilla de un brazo de la laguna de Mecoacán, donde tiene amarrado el cayuco con el que sale a pescar día con día este tesoro culinario que te preparan como más te guste.

Aunque, si ya hiciste el esfuerzo de llegar ahí, no te puedes perder probar también los ostiones en escabeche, que en Tabasco se sirven calientes y acompañado de cerveza bien fría.

Estos bivaldos crecen sólo en agua salobre y se recomienda comerlos sólo cocidos, como casi toda la cocina tabasqueña, en la que, aún los mariscos, se comen cocidos y calientes.

La difícil labor de llevarlos a la mesa

Ostiones al tapesco

Los hijos de Federico en el cayuco / Foto: Azucena Pacheco

Federico y sus compañeros salen todos los días a las 7 de la mañana a recolectar estos ostiones en la laguna de Mecoacán. Bucean a pulmón en aguas un tanto turbias, aunque su labor se facilita  en los meses de abril y mayo, cuando las aguas de la laguna son más claras.

¿Se te hizo agua la boca? Sabemos que no te puedes lanzar ahorita a Tabasco por unos ostiones al tapesco, así que aquí tienes algunos tips para reconocer los buenos y cocinarlos en casa.