A veces nos sobra algo de esa botella que abrimos para la hora de la comida y sería un pecado desperdiciarla, así que te decimos cómo usar el vino blanco para cocinar y levantarle el ánimo a nuestra comida del diario.
Pero antes, unos tips.
Usar vino blanco para cocinar, peeeeero:
- Asegúrate de que no tenga notas avinagradas, es decir, que siga en buenas condiciones.
- Te recomendamos que lo almacenes en el refrigerador y con su corcho; de esta forma mantendrá sus aromas y sabores intactos sin recibir el desagradable olor a refri.
- Una vez abiertos, los vinos blancos suelen acentuar su acidez así que te recomendamos utilizar variedades secas en lugar de dulces para que haya equilibrio.
- Si tenías un espumoso que ya perdió la burbuja, también puedes darle una segunda oportunidad con estos trucos.
Ahora sí, ¡manos a la obra!
Agregar al agua de cocción de una pasta
Si tienes por ahí guardado un paquetito de espagueti o cualquier otra variedad, cuécela como siempre, en agua hirviendo con sal pero agrega lo que sobra de tu vino blanco a esa cacerola.
La pasta absorberá los sabores así que como resultado tendrás un plato complejo, ideal para preparar con una salsa Alfredo, a la carbonara o con mariscos.
Incorporar al risotto o al arrocito del diario
Foto: Patricia Ordaz
La receta original del risotto incluye vino blanco así que si te sobró de aquella noche de copas, comer esta delicia es el mejor pretexto.
Antes de hidratar tu arroz, ya que está sofrito en mantequilla o aceite vegetal, agrega un poco de vino a la cocción hasta que se evapore completamente; después, integra el fondo y deja que el sabor te conquiste a la hora de la comida una vez más.
Infusionar frutas y hacer postres en un dos por tres
Corta en cubos o lajas aquella fruta que esté madura en tu refri. Funcionan bien las moras, los duraznos, la piña e incluso el mango y la manzana. Colócalos en un recipiente hondo y sirve el vino blanco que vas a usar para cocinar, de modo que quede cubierto, como si las frutas nadaran.
Déjalas tapadas en el refrigerador por una media hora y pruébalas. Si les falta azúcar agrega un poco y escurre. Lo que sigue es acompañar con helado de vainilla o crema montada. ¡Qué delicia!
Preparar una sangría blanca
Sangría
Quizás ese vino blanco ya no está para tomarse solito pero sí le puedes dar una segunda vida preparando cocteles con él. Una de nuestras ideas favoritas es la sangría, que si bien parece muy elegante es verdaderamente fácil de hacer.
Nuestra recomendación es mezclar frutas -preferentemente de tonos anaranjados o amarillos- con un poco de azúcar, un licor, algo de agua mineral y hielos.
Darle fondo a los pescados y mariscos
Ese filete de pescado que piensas hacer a la parrilla tiene muchas más posibilidades de las que crees. Consigue un trozo de papel aluminio, coloca un cuadrito de mantequilla y encima algo de cebolla o verduras fileteadas. Encima va el pescado previamente sazonado, un chorrito de vino y cierra. Cocina por 15 minutos sin voltear en una parrilla. ¡Voilá!
Otra opción es saltear mariscos con un poco de mantequilla y terminar con vino blanco. Sazona bien y listo. Nada más sencillo y delicioso que esto.
Alegrar las verduras
Igual que con los mariscos, puedes saltear los vegetales con aceite o mantequilla y agregar lo que tengas de vino blanco. Espera a que se evapore todo y tus brócolis, calabacitas, papas, zanahorias o espinacas habrán tomado los sabores del vino.
