drag_handle
Foto: Tónica Sagrada

Tónica Sagrada y la historia detrás del agua quina mexicana

Por Paloma García Castillejos

Aficionado al Gin and Tonic y curioso sobre los sabores que lo construyen, Carlos Kubli creó Tónica Sagrada, el primer proyecto de agua quina mexicana.

Su inspiración lo regresa a los días en los que vivió en Londres hace varios años, estudiando una maestría. Allá cuesta casi lo mismo tomar gin and tonic que comprar algunos estilos de cerveza, entonces me aficioné; cuenta. Entre números y fórmulas matemáticas, nació una inquietud que al paso del tiempo sería su vocación.

Agua quina mexicana: para entenderla desde sus orígenes

tónica sagrada

Foto: Paloma García Castillejos

La industria de alimentos y el estilo de vida a prisa han cambiado un poco la verdadera esencia del agua tónica: aquel sirope que se preparaba al infusionar quina -una planta amazónica que por cierto aparece en la bandera de Perú- con la intención de paliar dolores, inflamaciones y curar la malaria, hoy se vende en latas y tiene burbujas.

La historia del agua quina está íntimamente ligada con el trago que la hizo famosa, el Gin and Tonic. A pesar de que se popularizó en tierra mexicana hace relativamente poco, lleva más de un siglo como emblema de Londres.

El sirope tenía funciones medicinales que ayudaban a que las colonias británicas -específicamente la India- no padecieran la malaria tan gravemente. Los alquimistas y boticarios mezclaban hierbas con el conocimiento ancestral que habían heredado de sus generaciones.

Cuando nació el gin and tonic, la combinación entre el destilado y la dulzura-amarga del agua quina pareció causar destellos en los paladares, pero algo faltaba. Para potencializarlo, la salida fue agregar agua carbonatada y así también, volverlo un trago largo.

Herbolaria y creatividad: Tónica Sagrada

yerberos hierba

Foto: Carlo Echegoyen.

A partir de que Carlos entendió la esencia de la agua quina, quiso hacer su variante mexicana regresando a su forma más original: los siropes. Él mismo los define como menjurjes concentrados de agua quina preparados de manera artesanal.

Su receta es única y consta de distintos botánicos que consigue con proveedores de primera: mediante una infusión en frío se mezclan cardamomo, semilla de cilantro, pimienta, lavanda, naranja y toronja.

Esta interpretación mexicana del agua tónica se endulza con miel de agave orgánica, a la vez que los extractos herbales que los componen tienen efectos saludables para el organismo; esto, de acuerdo con Kubli, retoma la tradición de los tónicos de botica del siglo XIX.

Con esa base ya solo se necesitan tres cosas más para hacer un gran Gin and Tonic: ginebra, hielos y agua mineral.

Una forma espectacular de aprovecharlos también es sin alcohol, diluyendo tan solo en agua con hielo para hacer un refresco de productos naturales, rico y apto para los niños.

A partir de la receta base, Kubli jugó con su imaginación y formuló más siropes con sabores distintos que la complementen y ampliar el abanico de opciones en Tónica Sagrada. La primera idea fue aprovechar el zacate limón o lemongrass para después experimentar con salvia; tomillo, toronjil y hasta lúpulo (la flor que da aroma a la cerveza) jengibre, café y cacao.

Estos dos últimos son buenos para la mixología con café y los cocteles digestivos.

Llegar a ellos es más sencillo de lo que parece: están a la venta en una gran cantidad de restaurantes de Cuernavaca y la Ciudad de México y también se pueden comprar en su página web. Y si ya tienes el tuyo, acá unas recetas deliciosas para disfrutarlo.