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Foto: Canva

¡Si te enojas, no se cuecen! 9 Mitos bonitos sobre los tamales

Por Animal Gourmet

Una de las cosas más bonitas de la cocina mexicana son las creencias, mitos y leyendas que la rodean. Son parte del patrimonio cultural gastronómico porque le dan vida a la sabiduría empírica de las cocineras que transmiten recetas de generación en generación. Aquí, por ejemplo, hay 10 mitos tamaleros muy bellos sobre la preparación de tamalitos. Por si las dudas, ¡sigue cada consejo para que tus tamales queden perfectos y deliciosos!

Los mitos tamaleros más bonitos

Ten paciencia o los arruinas

Si los apresuras, no se cuecen nunca. Este es el más común. Es como cuando dicen que “agua vigilada no hierve”, así que la regla de oro a la hora de hacer tamales es tener paciencia. Mucha.

Ponle unos aretitos a la olla

Hay que amarrar un pedazo de totomoxtle (hoja de maíz) en la oreja de la olla para que sí se cuezan bien –o sea ponerle aretes o arracadas a la olla–. Digamos que es como “echarle la bendición”, cosa que muchas cocineras hacen, de hecho.

Si estás de malas, mejor vete

Si quien los cocina está enojada (o enojado), no se esponjan. Bueno, se sabe que estar enojada no es bueno para la cocina, por ejemplo: hacer salsas estando enojada hace que las salsas te queden picosísimas. Lo mismo aplica para los tamales.

La masa se bate, ¡con una sola mano!

Una sola mano debe batir la masa. La misma, de la misma persona. Si no, la masa se corta. Piensa bien con qué mano batirás porque no se vale cambiar. Este es uno de los mitos tamaleros menos conocidos, pero mejor hacerle caso.

Bate en una sola dirección

Hablando de batir, no puedes cambiar la dirección del batido. Si empiezas a hacerlo en dirección de las manecillas del reloj, así tienes que terminar.

Un apapacho, por favor

Cuando se están cociendo, debes cantarles. Algo bonito, con cariño, si no… ¡quedan agrios! No los dejes solos, háblales bonito, dales su tiempo y ponles una rolita que te guste. El chiste es que tú estés de buenas.

No embarazadas, por favor

La sabiduría popular dice que las embarazadas o las personas menstruantes no pueden cocinar tamales. No sólo eso, tampoco pueden estar presentes en el lugar en el que se están cocinando porque pueden provocar que los tamales queden “pintos”, o sea que no se cuezan de manera pareja.

Las tres monedas de la suerte

Algunas personas dicen que hay que echar tres monedas al fondo de la vaporera porque eso hará que los tamales se cuezan perfectamente. La verdad es que esta creencia tiene una razón lógica: cuando el agua empieza a hervir, las monedas empiezan a sonar y eso avisa a la cocinera que el agua ya empezó a hervir. A partir de entonces se le toma el tiempo de cocción. Esto es para evitar abrir la vaporera porque, si se abre, la temperatura de la vaporera se altera y la cocción se ve afectada.

Sin yolanda

Si estás enojada(o) mientras los cocinas, te quedarán apelmazados; pero si estás triste (y peor: ¡si lloras!), quedarán salados (porque las lágrimas saben a sal, ya sabes), así que sin llorar y de buenas.

Por cierto, si quieres tips muy útiles (con explicación de por qué) para que los tamales te queden mejor, acá hay algunos.