

La fruta mexicana que seguro no conoces y necesitas comer. Este es el cuajinicuil, una sencilla fruta tropical que adquiere su nombre del náhuatl y significa “pie torcido”, por su forma. Conoce un poco más de esta valiosa fruta mexicana que casi nadie conoce.

También conocido como jinicuil, vaina, paterna o chalahuite, este fruto tropical se suele encontrar en regiones de México como Tabasco, Oaxaca, Veracruz, Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
Pertenece a la familia de las leguminosas y se suele cultivar cerca de plantaciones de café. Se cultiva en la sombra y se hace durante los meses de julio hasta octubre.
Es una especie de vaina retorcida, la pulpa es blanca y blanda, se suele comer cruda y tiene un sabor sofisticado y dulce. Por otro lado, la semilla se suele cocinar, se hierven con cal o ceniza para dejarlas lo más blandas y suaves posibles.
Se come como si fuera una botana, con chile, limón y sal. También se pueden moler para preparar empanadas de poleo, hacer un chile aguado o cualquier tipo de guisados.

En muchas de las comunidades rurales donde se da el cuajinicuil, se consume como una medicina alternativa. Se suelen cocinar las semillas en agua, con el caldo de la cocción se hace un té que ayuda a proteger a los riñones.
Esta fruta mexicana aporta una gran cantidad de calcio, fibra y vitamina C. Por lo que se le considera un gran antiinflamatorio, antioxidante y anti diarreico.
El cuajinicuil ayuda a fortalecer huesos y la piel, contribuyendo a una cicatrización sana y sostenida. Pero también es un elemento esencial para controlar la artritis por sus capacidades de reducir la inflamación.