Esta receta nos recuerda a las cocinas del norte y sus deliciosos postres. Hoy te enseñamos a preparar una receta aromática y facilita de gorditas dulces de azúcar. ¡Nunca creerías que algo tan rico es tan fácil de hacer!
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Primero que nada cierne dos tazas de harina en una superficie limpia y mezcla con una cucharadita de polvo para hornear. Haz un hueco en el centro para formar una fuente.
Derrite media barra de mantequilla y reserva. Si no tienes, puedes utilizar un cuarto de taza de aceite vegetal o manteca.
Agrega un cuarto de taza de azúcar y poco a poquito incorpora un cuarto de taza de leche, una cucharadita de esencia de vainilla y un huevo.
Termina con la mantequilla y ahora sí, ¡es hora de amasar! Primero integra con un tenedor y conforme se vaya poniendo firme, trabaja con las manos.
Sabes que está lista cuando la masa es brillante y no se pega a tus manos. Si eso pasa, agrega un poco más de harina.
Forma una bola grande que se vea con esta consistencia; es decir, que no se vean grietas y la sientas hidratada y elástica.
De ahí, saca bolitas pequeñas que quepan en la palma de tu mano. Tortea con las manos para que queden discos con un centímetro de altura y coloca en una charola engrasada ya planas.
Lo que sigue es movernos a la estufa: en un comal a fuego bajito, cocina cada una de las gorditas de azúcar por aproximadamente 5 minutos cada lado. Cuando veas que las orillas comienzan a opacarse, es momento de voltear. Dales tiempito para que doren y de paso inunden tu cocina con un aroma increíble.
Cuando ya estén todas listas, colócalas en una canastita y déjate ir con los toppings. Saben muy bien solitas, pero puedes acompañar con dulce de leche o mermelada.
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