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Latitudes diferentes, mercados paralelos

Por Animal Gourmet

Al terminarse el 2012, el seguido blog de Vahram Muratyan se había ya convertido en un hito cultural y del diseño. Su comparativa gráfica de París y Nueva York era lectura de elección de los denominados hipsters, o “bobos” (bohemian bourgeois) en ambas ciudades, y nos hacía pensar en las similitudes y diferencias entre las dos urbes.

Cartones tan icónicos como el de La Romantique, con las siluetas de Carrie y Amélie, o el de Le Plan con mapas de los barrios según su parecido entre las dos ciudades volvieron famoso al artista y nos contaban una historia de un viajero incansable entre dos maravillosas capitales.

Lo que conseguía Vahram con su conocimiento de dos de las urbes mas importantes del planeta era demostrarnos que no somos tan diferentes; que la globalización nos ha acercado y que la circulación de ideas es mucho mas rápida y continua de lo que a veces quisiéramos pensar.

La globalización nos ha acercado y que la circulación de ideas es mucho mas rápida

Comparan artistas y otras figuras icónicas. // Imagen: http://parisvsnyc.blogspot.mx/

Comparan artistas y otras figuras icónicas. // Imagen: http://parisvsnyc.blogspot.mx/

Hay muchos blogs y tuiteros que empiezan a trabajar un ejercicio similar en torno a la gastronomía internacional. Estos portales están nutridos por las experiencias, fotos y reseñas de aquellos viajeros que igual documentan su comida en un puesto callejero en Ensenada como la comida de autor en algún restaurante de la lista S. Pellegrino. En eventos como Mesamérica y muchos otros que ahora llenan el calendario gastronómicas, chefs afamados internacionalmente y cocineros locales nos relatan de su cocinas y motivaciones, y nos percatamos que “hay algo en el agua” y que andamos buscando cosas muy similares.

Siguiendo esta misma corriente, en el DF y algunas otras ciudades como Guadalajara y Monterrey aparecen los primeros food trucks, los restaurantes con huertos urbanos propios, los distribuidores de comida local y orgánica, los menús con reconocimiento a productores y la revalorización de ingredientes antes percibidos como corrientes.

En NY, la tendencia incluye mercados itinerantes (farmer’s markets), un crecimiento de opciones para comer en la calle, y el resurgimiento de mercados de barrio donde se conoce a la “marchanta” y se hace la compra semanal buscando una relación humana que el supermercado no provee.

A propósito de esos mercados de barrio, en un par de semanas reabre para la temporada de verano el New Amsterdam Market (23 Junio 2013, 902 Peck Slip, Manhattan, NY) en lo que fuera el Fulton Fish Market en la punta sur de la isla de Manhattan. Este mercado ambulante se estableció a principios de 2008 bajo la autopista que conecta a la isla principal con Brooklyn, frente al ahora abandonado mercado de pescado fresco que operó hasta noviembre de 2005.

Los chicos detrás de la iniciativa New Amsterdam Market acusan a intereses inmobiliarios de crear un food desert en el downtown y buscan que, tanto antiguos como nuevos locatarios,  regresen a iniciar actividades en ese urban wasteland. Este mercado ambulante busca recuperar el edificio del Fulton Fish Market y ofrecer opciones de comida sana y barata a un barrio de la Gran Manzana que es más conocido por Wall Street que por su cultura gastronómica.

Proyecto del Fisher's Market en Manhattan. // Foto: Especial.

Proyecto del Fisher’s Market en Manhattan. // Foto: Especial.

Es así que la demanda social en Nueva York por acceso a mercados, no sólo trata de redefinir espacios, sino también se topa de frente con los intereses capitalistas más arraigados de location, location, location. Esta demanda social busca que la comida verdadera (real food) retome su valor central en nuestras vidas, además de abrir espacios para nuevos productores y comerciantes que añoran vivir off-the-grid, pero en verdad les resulta imposible dejar el teléfono inteligente de lado.

Los foodies pueden establecer esa relación que se añora con quien cosecha, o cría, nuestra comida

A razón de estos nuevos comerciantes, hace un par de semanas se celebró en Brooklyn el segundo Great Googamoga, un festival gastronómico celebrado en el parque Prospect, el cual reunió a muchos productores locales y se ha convertido en un escaparate donde los foodies pueden establecer esa relación que se añora con quien cosecha, o cría, nuestra comida.

El DF comienza también a albergar varios mercados itinerantes que no sólo dan espacio a productores de comida, sino también a gente que esta haciendo moda, arte, diseño y que por falta de recursos no puede aún abrir un lugar propio. Lugares y momentos como la República Gastronómica, El Perchero, la Lonja Mercantil o el Bazar Fusión son ya espacios de interacción que nutren a nuestra ciudad con opciones nuevas.

Ofrecen opciones de comida fresca a las personas que los pasillos de los supermercados les generan angustia

No olvidemos que los bazares locales han existido por mucho tiempo en el DF, y que lugares como el Tianguis Cultural del Chopo han buscado crear, por décadas, un espacio para el comercio alternativo.

Lo mismo los tianguis o “mercados sobre ruedas” llevan a diferentes colonias de la ciudad de México a “marchantes” ofreciendo opciones de comida fresca a personas que los pasillos de los supermercados les generan angustia. No creo que ser yo el único que sufre de este mal.

Jessie Street Project from One Hundred Seconds on Vimeo.