Que ciertos alimentos estén relacionados con rituales sociales es inmemorial. El cordero bíblico, el balché de los mayas, el tteokguk de los coreanos, el té de los japoneses, los huevos de chocolate de varias culturas europeas o el amalá nigeriano son ejemplos de la relación que en las diferentes culturas de todos los continentes se ha establecido entre las creencias y los alimentos.
Algunos rituales aunque son muy antiguos, las sociedades contemporáneas los han rescatado del olvido para hacer de ellos un motivo para compartir, celebrar y reunirse con los seres queridos. Tal es el caso de los ñoquis, que aunque cada vez más se los puede ver en las cartas de restaurantes en México, no nos hemos apropiado de la tradición de comerlos los días 29 de cada mes y poner debajo del plato un billete, tal como lo hacen de manera auspiciosa en Italia, Argentina y Uruguay.
Tradición de comerlos los días 29 de cada mes y poner debajo del plato un billete
Así como hay varias versiones de recetas para los ñoquis (de papa, de ricota, de plátano, de yuca o de espinacas), también encontramos varias versiones acerca del origen de la tradición. La clásica se remonta al siglo VIII, cuando el joven médico Pantaleón, originario de Nicosia, después de convertirse al catolicismo viajó por Italia realizando milagrosas curaciones.
La leyenda cuenta que un 29 de diciembre, Pantaleón (que luego fue San Pantaleón gracias a sus milagros médicos) tocó a la puerta de una pobre familia, que al ver su aspecto desharrapado se conmovió y lo invitó a compartir los alimentos, que no eran, ni más ni menos que siete ñoquis. Agradecido e inspirado por la bondad de sus humildes anfitriones, antes de despedirse Pantaleón le auguró a la familia de campesinos prosperidad en la siembra y en la pesca de ese año. Al recoger la mesa del convivio la esposa encontró bajo cada uno de los platos varias monedas de oro. Además, ese mismo año llegaron las prometidas bonanzas. De ahí que se rescate la costumbre de reunirse a comer ñoquis cada 29 de mes y poner un billete debajo del plato.
¿Qué pasó? Primero que no hubo ñoquis, y segundo que llegaron unos saqueadores queriendo apropiarse del cargamento
Otra leyenda, más extravagante y divertida, se refiere a que el 29 de agosto de 1876, en un bergantín brasileño, el Santa Rita, que se dirigía a Buenos Aires repleto de yerba mate, el cocinero se negó a cumplir la petición de los tripulantes uruguayos e italianos, que (seguramente ya inspirados en San Pantaleón) no perdonaban un 29 sin ñoquis. ¿Qué pasó? Primero que no hubo ñoquis, y segundo que llegaron unos saqueadores queriendo apropiarse del cargamento y tuvo que intervenir otra embarcación cercana disparando cañonazos para ahuyentar a los piratas.
Como los marineros son muy estrictos en relación a los ritos que mantienen el universo en orden, a partir de ese día, en esas latitudes conosureñas cada 29 de agosto se comen ñoquis con un billete debajo del plato (ya nunca un cocinero se negaría a prepararlos), y además se acomoda un montoncito de yerba mate sobre el mantel y se recita una oración a Santa Rita antes de levantar los cubiertos.
Por último, la versión más actual de este ritual es la que seguramente el inconsciente colectivo ha recreado a partir de las anteriores. Después de catastróficas crisis económicas, como hiperinflación, corralitos, fuga de capitales, leyes de convertibilidad y otras extravagancias financieras que azotan con frecuencia al Cono Sur, a la población se le ha hecho sensato recrear el milagro de San Pantaleón, por el milagro que significa llegar a fin de mes con un plato de comida y un billete en la cartera.
El milagro que significa llegar a fin de mes con un plato de comida y un billete en la cartera
De cualquier manera, en todas las tradiciones está implícita la relación que hay entre un sencillo plato de ñoquis y la buenaventura. Si nos ponemos escépticos o políticamente correctos la vida seguramente se pone más aburrida, y aunque es muy difícil establecer una relación entre un plato de ñoquis, los días 29 de cada mes y que nos vaya bien en la vida, también es difícil sacarse el Melate o que te parta un rayo. Sin embargo, sucede.
¡A comer ñoquis los días 29 se ha dicho! Va la receta para hacerla en casa y no gastar los pocos billetes que nos queden en un restaurante. Es un platillo verdaderamente económico.
¿Cómo cocinarlos en casa?
Los ñoquis suelen prepararse con una salsa pomadoro o pesto y mucho queso parmesano.
Ingredientes
1 kilo de papas
200 gr de harina
1 huevo
1 pizca de sal
Aceite de oliva virgen extra
Preparación
Pelar las papas y ponerlas a cocer en una olla con mucha agua. Cuando estén cocidas las sacamos y en caliente hacemos un puré. Le añadimos el huevo, una pizca de sal y mezclamos.
Agregar la harina poco a poco. Se debe obtener una mezcla homogénea y algo pegajosa. Nos enharinamos las manos y dividimos la masa en porciones pequeñas que estiramos con las manos sobre una superficie plana a la que hemos puesto un poco de harina y formamos unos cilindros en forma de “choricitos largos”. Luego, con un cuchillo lo cortamos porciones de uno 1.5 cm o 2 cm.
Hacemos pasar cada una de las pequeñas porciones por un tenedor (o “ñoquera” si tenemos) con la idea de formar un “caracolito”. Si no logramos formar el caracolito es suficiente con rallarlos con el tenedor. Este rallado hará que la salsa con la que cocinemos nuestros ñoquis se adhiera a ellos estando aún más ricos.
Ponemos abundante agua a hervir y añadimos los ñoquis en tandas. Cuando el ñoqui suba a la superficie nos indica que ya está listo, en este momento los sacamos con un colador y los pasamos a un cuenco que previamente preparamos, con agua con hielo. De esta forma pararemos la cocción. Luego sólo hay que escurrirlos y añadirles aceite de oliva virgen extra para que no se peguen entre ellos.
Habitualmente se acompañan con salsa pomodoro o pesto y mucho queso parmesano rallado.
Si tienes dudas de cómo prepararlos, mira este video:
Ricetta Gnocchi from videare on Vimeo.
