drag_handle

¿Se acerca el fin de los pubs?

Por Animal Gourmet


En algunas partes del Reino Unido, los pubs, esos bares que encarnan como pocas otras instituciones la cultura del país, están en un vertiginoso declive.

“Después de un partido solemos reunirnos con nuestras esposas para tomar un trago en la taberna local”.

Quizás superaba a la credibilidad, incluso en épocas supuestamente más inocentes, imaginar a un ícono deportivo nacional, un héroe del equipo inglés ganador del Mundial de fútbol de 1966, jugando a los dardos en el pub de su vecindario.

Pero aunque parezcan anticuados y torpes ahora, los anuncios publicitarios de Bobby Moore a fines de la década de 1960 que exhortaban a las parejas a ir al bar local capturan un momento crucial en la cultura británica de la bebida.

El pub local, un bastión tradicional de la vida dominada por los varones de la clase trabajadora, debía adaptarse a los tiempos.

40 años después, sigue siendo una característica de la vida británica, pero hay partes del país donde está muriendo.

Muerte lenta

No es novedad que se han cerrado pubs a un ritmo rápido en los últimos años. Se ha culpado a una combinación de la prohibición de fumar, alcohol barato en supermercados y la crisis económica de dejar a muchos taberneros luchando por continuar.

Según investigaciones de los analistas del comercio de bebidas CGA, ha habido más cierres de pubs en la ciudad de Blackburn, región de Lancashire, que en otros lugares de Reino Unido. En 2012, casi 20% de los locales de la ciudad con licencia, 28 pubs en total, sirvieron sus últimas órdenes.

La historia es similar en el noroeste de Inglaterra: Bolton, Oldham y Preston están entre las diez ciudades con mayor porcentaje de clausuras. En otras más pequeñas, como Ossett, en Yorkshire, 22% de los pubs desaparecieron el año pasado.

Greenhithe, en Kent, y Chigwell, en Essex, han perdido más de la mitad de sus pubs entre 2007 y 2012, demostrando que no es un fenómeno limitado a una región británica particular.

Para viejos

Las cifras no sorprenden a Geoff Sutcliffe, dueño del pub The Rising Sun de Blackburn, uno de los pocos fuera del centro de la ciudad en no haber sido cerrado o convertido en apartamentos, tiendas o restaurantes.

“La cultura de la bebida ha cambiado inmensamente con los años”, afirma. “Los jóvenes tienen muchas otras cosas para entretenerse en su tiempo libre. No necesitan ir al pub”.

“En nuestra época, nuestros padres nos llevaban cuando cumplíamos 18 años y nos compraban nuestro primer trago. Era parte de nuestra vida cotidiana. Los pubs están luchando ahora, porque los jóvenes salen una o dos veces el fin de semana y gastan una considerable suma de dinero, pero el resto de la semana no”.

El pub de Sutcliffe es un monumento inmaculado a la edad de oro de los pubs locales. Sus brillosas bancas de madera y su acogedor ambiente sin música podría parecer algo pasado de moda.

Sutcliffe ha preservado muchas de las características originales del Siglo XIX, incluida la bóveda, un acogedor bar que hasta fines de la década de 1970 era un enclave exclusivo para varones, donde la cerveza costaba un penique menos.

Hoy The Rising Sun (El sol naciente) es orgullosamente mixto. Sus clientes son mayormente jubilados que entran a conversar con sus amigos y a jugar dominó.

“Los jóvenes lo llaman The Rising Dead (el muerto naciente)”, bromea Sutcliffe, quien no ve mucho futuro para la taberna tradicional.

“Yo diría que en unos 20 años terminaremos como en Europa continental, con bares estilo cafés y así sobreviviremos. El pub local desaparecerá con esta generación”.

Beber en casa

No todos son tan pesimistas sobre el futuro del negocio. En en otra parte de la misma ciudad, Carol Davies trata de mantenerse a flote con hiperactivo programa de concursos y entretenimiento en el Clifton Arms.

“Se ha hecho más duro, más difícil, con los precios y el desempleo. No es como hace unos años”, dice.

Hay un “efecto dominó” cuando cierran los pubs, agrega. Los equipos de dardos y las ligas de fútbol comienzan a disiparse, los clientes adquieren el hábito de socializar o beber en casa.

De lejos, el mayor problema, según los taberneros y parroquianos en Blackburn, es lo barato que resulta comprar las bebidas alcohólicas en los supermercados.

“Esos precios son tan irreales, que le gente prefiere comprar cerveza y beberla en casa”, afirma Davies. “Probablemente tengo ocho o nueve caballeros solos que desean salir a charlar con otras personas y algunos ya no lo pueden hacer”.

De pub a mezquita

¿Qué ocurre entonces con todos estos pubs abandonados cuando han servido su última cerveza? Ciudades como Blackburn, con grandes poblaciones musulmanas, han convertido algunos en centros islámicos o mezquitas.

Salim Mullah, presidente del Consejo de Mezquitas de Lancashire, dice que las antiguas tabernas funcionan bien como mezquitas o madrazas, que brindan un servicio similar a la comunidad, pero sin alcohol.

“Cuando los pubs u otras clases de edificios públicos están disponibles, la comunidad musulmana tiende a comprarlos y renovarlos. Se convierten en parte de sus vidas. Allí es donde hay acceso a los servicios locales. Son céntricos”.

En muchas partes del país, los supermercados están tomando sus lugares.

“Hace 10 ó 15 años, los pubs que originalmente fueron cines en los centros de las ciudades se convertían en apartamentos o eran demolidos”, cuenta Jon Collins, presidente ejecutivo de CGA.

“Después llegaron los supermercados. Es casi como añadir sal a la herida. Los supermercados son vistos como la principal causa de los cierres de pubs”.

No todo está perdido

El negocio de los bares recibió un inesperado impulso en el presupuesto de este año, cuando el ministro de Hacienda, George Osborne, redujo el impuesto sobre la cerveza.

Fue una victoria para la Campaña por la Verdadera Cerveza Ale (Camra), una organización que busca promover la fabricación y consumo de cerveza tradicional británica, que inmediatamente designó a abril como el Mes de los Pubs de la Comunidad y pidió cambios a las leyes de planificación y otras reformas para proteger a los pubs.

“Hay la necesidad de que trabajemos juntos para ayudar a revertir el declive de los pubs y poner esta gran industria británica de nuevo en el mapa”, manifestó el jefe de Camra, Mike Benner.

Puede que haya luz al final del túnel. Los cierres de pubs han bajado de 52 semanales en 2008 a 18 en el último trimestre del año pasado, según CGA. Collins aún espera que cierren otros 5.000 pubs de aquí a 2018 pero dice que hay indicios del surgimiento de un nuevo tipo de local.

Estas son tabernas de vecindarios que se mantienen abiertas hasta tarde los fines de semana, con discjockeys y comida, atrayendo un público más joven, que sale una o dos veces a la semana.