Andamos en el tema buñuelos, pero esta receta responde a las solicitudes de los lectores de una manera diferente. Esta, prometemos, será quizá la forma más original de prepararlas, además de ser antigua -imagina a la abuela de abuela preparándolos-.
La siguiente receta la tomamos de la trilogía de El cocinero mexicano, considerado el primer libro de cocina impreso en México y publicado por primera vez en 1831. Esta edición fue un regalo que rescataron en Puebla y es uno de los libros mexicanos del siglo XIX que más reediciones ha tenido, “todas de gran rareza”, como el propio libro cita en una introducción al texto.
Esta receta aparece en “El cocinero mexicano”, el primer libro de cocina impreso en México. // Foto: Animal Gourmet.
En esta publicación encontrarás mil 967 recetas distribuidas en tres tomos con procedimientos sencillos, unidades de medida muy curiosas (desde luego por la fecha en la que se compiló) y un lenguaje poco común.
Y como decíamos, andamos pensando en bueñuelos que pronto será un platillo de temporada y para que disfrutes, tanto como nosotros, las singulares recetas, la compartimos tal cual viene en el libro:
“Se van mezclando poco a poco con seis libras de harina, cuatro mantequillas, veinticuatro huevos, un cuartillo de leche tibia, un pozuelo de levadura deshecha, otro de agua de tequesquite asentada, medio pozuelo de zumo de naranja, otro medio de sal en grano, uno de agua de anís, otro de azúcar en polvo y una tajada de calabaza grande cocida de color subido. No se echa todo de un tiro, porque saldría granosa la masa, sino poco a poco conforme se va amasando. Se golpea bastante hasta que haga ampollas y se pone dos horas al sol. Después se estira para formar los buñuelos, que se irán friendo en manteca.”
