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Los gloriosos dulces de Linares

Por Animal Gourmet

Además de cortes de carne maravillosos, chilorio y carne seca, Nuevo León se destaca por sus dulces, sobretodo los que se hacen con nuez de pecana, una zona donde abundan los nogales. Pero hay una ciudad del estado que brilla gracias a sus creaciones con este ingrediente, Linares al sur de Nuevo León, famosa por sus naranjas y por supuesto las glorias, esos dulces de cajeta quemada que encontramos en todo el país, son una delicia.

En un cazo de cobre se cocina la leche de cabra, el azúcar, la vainilla, la miel de maíz, la nuez de pecana y un poco de bicarbonato de sodio, se deja enfriar y se forman pequeñas bolitas, las cuales se envuelven en celofán rojo. Es así como se hacen las glorias, el dulce más famoso de la ciudad de Linares.

La historia cuenta que nacieron de la mano de Natalia Medina Núñez, que después de un fallido intento de hacer un negocio de marquetas, buscando algo más fácil y económico invento las glorias. En un principio no se llamaban así, si no dulce de leche quemada, pero una historia más romántica cuenta que cuando los clientes de Natalia probaban los postres le decían “que estaban en la gloria”, por lo que el nombre cambió y en definitva, les queda perfecto.

Otra versión de la historia cuenta que se llaman así en honor a la nieta de Natalia, nadie sabe cual es la historia correcta, cada quien decide cual le gusta más. Pero sea una u otra estos postres de leche quemada son gloriosos, no hay duda.

El negocio de Natalia, fundado a principios de los años cincuentas hoy lleva el nombre Marquetería La Guadalupe en honor a la virgen morena, y aunque aún hacen glorias y de las mejores, también tienen una variedad deliciosa de dulces como las perlitas, una versión pequeña de las mismas glorias con una costra de nueces picadas, conocidas también como besos indios.

Otras versiones son las encaneladas, rellenas de nuez y canela, así como las revolcadas, las cuales están bañadas en nuez. Las natillas y el piloncillo de nuez son de chuparse los dedos y las marquetas son también un clásico de la zona.

El nombre de marquetas otro clásico de Linares, hace referencia a una lámina de cera o pan sin labrar. La historia cuenta que en 1932 Melesio Pérez fue el primero en hacer estos dulces de forma rectangular, pero no paro ahí, las hizo de cuantas formas pudo encontrar hasta llegar a las más populares que hoy son las de forma de corazón.

El gusto por los dulces se siente en esta ciudad, además de las palanquetas y la glorias, no pueden dejar de probar los viejitos, los rollos, las rosquillas de naranja, las conservas de frutas, las cuajadas, los rollos de zanahoria, las gorditas de piloncillo, el tamal de elote con crema de piñones, las galletas de nata, así como una infinidad de delicias más.

Muchos de los dulces que hoy encontramos en México son de origen prehispánico, pero en aquellas épocas a falta de caña de azúcar que no existía en América, usaban miel, ya sea de la hormiga mielera, la abeja pipiola, la caña de maíz o la del maguey, que con la llegada de los españoles fue sustituida poco a poco por el uso del piloncillo proveniente del azúcar que se obtenía con mayor facilidad.

En Linares convergen alimentos de diferentes orígenes, desde los tlaxcaltecas, pueblo originario de la región, hasta de aquellos que llegaron a colonizar la zona, trayendo los ingredientes que les recordaban a casa, como los evangelizadores que trasladaron sus platillos y técnicas, los franceses que durante el siglo XIX preparaban postres de origen europeo como el flan que se sigue haciendo en esta zona, así como de una comunidad judía española que trajo consigo sus propias tradiciones.

El resultado no lo pueden dejar de probar, dulces realmente únicos, llenos de historia, tradición y sobre todo un sabor espectacular.