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Chefs que cocinan futuro para jóvenes migrantes

Por Animal Gourmet

Cristina apagó su grabadora. La entrevista había terminado. Se despidió de Lhoussaine deseándole mucha suerte de todo corazón. En la calle estaba diluviando. La periodista estaba cerrando su paraguas para subirse al taxi cuando su mirada se posó de nuevo en aquel joven marroquí. Estaba empapado, en la calle, sin tener dónde ir. Acababa de cumplir los 18 años por lo que había sido expulsado del programa de protección del que formaba parte desde que llegó a España. Cristina entendió entonces que una entrevista no sería suficiente para ayudarle.

«Cristina Jolonch, de La Vanguardia, acudió a nosotros porque estaban elaborando un reportaje sobre los derechos de los niños inmigrantes no acompañados. Contactaron con Unicef y la ONG les remitió a Fundación Raíces porque justo ese año habían publicado un informe sobre el tema cuyo responsable era Nacho de la Mata, abogado de estos niños en la fundación».

Lourdes Reyzábal, presidenta de Fundación Raíces, relata cómo después de ese primer contacto le dio una lista de expertos vinculados a su fundación que podían ayudarla en su investigación.

«La primera parada de ese mapa era San Sebastián, donde existe una asociación con la que solemos colaborar. A través de ella conoció a Lhoussaine».

Tan impactada quedó la periodista con la situación del joven marroquí que volvió a contactar con Lourdes.«Me comentó que ella, en realidad, estaba especializada en gastronomía y que disponía de diversos contactos en el sector. Cristina quería saber si, consiguiendo un contrato de trabajo para Lhoussaine, este podría regularizar su situación en nuestro país». Y es que aunque la Administración tenía la obligación de gestionar un permiso de residencia y trabajo cuando Lhoussaine cumpliese los 18, la realidad era bien distinta. El joven era un simpapeles más.

A la respuesta afirmativa de Lourdes siguió la rápida llamada de Cristina a Susana, mano derecha de Andoni Aduriz. El cocinero no solo accedió a hacer un contrato a Lhoussaine sino que lo alojó en Mugaritz.

Poco después llegó la primera cita personal de Cristina, Lourdes y Nacho («hasta entonces todos nuestros contactos habían sido telefónicos»). Otros jóvenes podían correr la misma suerte de Lhoussaine porque Cristina tenía la ‘llave’ de las cocinas de muchos restaurantes y Lourdes y Nacho conocían a demasiados inmigrantes, pero también españoles, a los que la administración les había dado la espalda, incumpliendo con sus deberes de protección. Nacía así Cocina Conciencia.

«Le dimos forma juntos. Queríamos que fuera un proyecto que diera respuesta a los jóvenes que dentro de Fundación Raíces veíamos más vulnerables porque, al fin y al cabo, se trataban de jóvenes en la calle y sin referencia adulta alguna».

De ahí que la labor de los chefs que colaboran en el programa no solo se limita a la de enseñarles una profesión. «Les pedimos que les formen, pero también que al menos una persona del restaurante se vincule de forma humana a ellos e intentara convertirse en el referente adulto del que carecen».

En la actualidad, el programa cuenta con 53 jóvenes trabajando en distintos restaurantes en España. «Hay historias realmente preciosas de cómo ha ido evolucionando la relación a lo largo de todos estos años. Por ejemplo, el primero joven que acogió Ramon Freixa, en tres años, se ha convertido en el chef de los desayunos de su restaurante en el hotel Unico en Madrid».

Otro ejemplo es el de James Abadasky, al que años después de saltar la valla, le siguen llamando maleante, vago, basura… Y negro. «Sí, soy negro como sus corazones». La cocina le brindó un futuro aquí y él no la desaprovechó. Aunque nunca podrá olvidar lo que dejó atrás, lo que tuvo que hacer para sobrevivir y el áspero recibimiento al llegar a España. «¿Para qué serviría entonces mi camino?»

Jóvenes como James o Lhoussaine, integrantes del programa Cocina Conciencia gracias a los chesf Javier Muñoz-Calero y Enrique Valenti, participarán en el showcooking que tendrá en el marco del festival de cine y gastronomía Film&Cook*, que se celebra este fin de semana en Barcelona. La recaudación de estas sesiones irá íntegramente a beneficio de Fundación Raíces.

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*Yorokobu es medio colaborador de Fim&Cook