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Cómo comer alimentos fritos de manera saludable

Por Mariana Toledano

Durante muchos años, las grasas han sido relegadas al tipo de alimentos que no debemos comer, incluso, en ocasiones no podemos evitar la terrible carga moral y culpabilidad que sentimos al comerlas pero, ¿qué tal si existe una forma saludable de hacerlo?

Un estudio realizado en España por la Universidad Autónoma de Madrid a más de 40 mil personas durante 11 años, demostró que comer alimentos fritos en aceite de oliva o aceite de girasol no está relacionado con  enfermedades del corazón o la muerte prematura. Lo cual no da carta abierta para comer este tipo de alimentos cuando sea, pero sí nos da una opción más saludable para hacerlo.

El problema con los alimentos fritos es que contienen muchas más calorías que el resto de las preparaciones y que pueden contener grasas trans. Si a lo anterior le sumamos una vida sedentaria, los problemas de obesidad y sobrepeso pueden presentarse.

Aunque por otro lado, las frituras pueden ser una de las formas en que puedes comer verduras de manera deliciosa si es que normalmente no te gustan. El punto, como en todo, es saber equilibrarlos en la dieta y no comerlos excesivamente.

A continuación te explicamos algunos factores a los que debes prestar mucha atención para que tus frituras sean más saludables.

La temperatura del aceite lo es todo

Cuando la temperatura del aceite es baja, no se forma la costra que protege el interior y el alimento absorbe el aceite como una esponja, y si es demasiado caliente, se quema el exterior y queda crudo por dentro. La temperatura ideal es de 180 grados C, lo mejor sería tener una freidora con termostato. 

Para calcular si la temperatura es correcta, pon un poco del alimento en el aceite, si se hunde hasta el fondo está muy frío; si flota y burbujea intensamente, está muy caliente. La temperatura ideal provoca que el alimento se hunda ligeramente y flote enseguida. 

Utiliza el aceite correcto

Es importante que el aceite que utilices alcance los 180 grados C sin humear, ya que esto significa que se está descomponiendo y contaminando la comida. Los mejores aceites son el de oliva virgen, el de girasol y el de coco. Evita a toda costa los demás aceites vegetales sin refinar.

No escatimes en aceite 

Si tienes poco aceite en el sartén, la temperatura bajará cuando entre en contacto con los alimentos y ya hablamos sobre eso. Debes utilizar mínimo medio litro en un recipiente alto y añadir los alimentos poco a poco, en especial si son congelados.

Cuidado con el rebozado

Además darle un sabor más rico al alimento, el rebozado protege el interior de la entrada del aceite, sin embargo, puede aumentar el espesor de la costra y con ello el contenido calórico. Los rebozados de harina suelen ser mejores que los empanizados, por ejemplo.

El papel absorbente es tu mejor aliado

Al terminar de freír, escurre muy bien los alimentos y deposítalos en papel absorbente, así eliminarás el exceso de aceite y la superficie estará mucho mas crujiente.

Limpia el aceite si lo vas a reutilizar

El aceite de fritura no se debe reutilizar más de tres o cuatro veces, tampoco si se ha quemado o ha empezado a humear ya que acumula sus sustancias tóxicas. Para limpiar sus impurezas, pásalo por un colador o filtro y utilizar la técnica de las claras de huevo.

Deberás batir unas claras de huevo y echarlas en el aceite caliente, removiendo sin parar. Las claras arrastrarán todas las partículas negras y será más fácil eliminaras.