Este plato es invención de Jorge Córcega y haremos que se quede en los pueblos de Milpa Alta como parte de su tradición y evolución. Originalmente las tlacualeras eran los hombres y mujeres que llevaban la comida a las milpas de esta región de la ciudad de México, aunque eran las mujeres las que principalmente realizaban esta labor.
Hace más de 80 años, todos los pueblos de la alcaldía se dedicaban a las labores del campo, los hombres a la siembra y la cosecha y las mujeres a elaborar los alimentos producto de las milpas. La labor de las tlacualeras era tan importante como la de los agricultores, ya que sin sus alimentos los hombres no podían trabajar en las milpas.
En esos tiempos, la mayoría de las mujeres no contaba con huaraches o zapatos, así que descalzas caminaban por el monte. Además, las milpas tenían unas construcciones de piedra en forma de iglú que servían como refugio contra lluvias y temporales, ya que los terrenos de cultivo no estaban cerca de las casas. A estas construcciones se les llamó tecorbitos.
Los ingredientes con los que siempre se contaban eran maíz, frijol, semillas de chile, chiles, chícharos, habas, quelites, calabazas y tomates. Antes se decía que esto era la “comida de pobres”.
Esta es una gran inspiración para mí, para que los ingredientes que nos han acompañado en nuestra alimentación cotidiana ahora estén presentes en un platillo que puede servirse en un restaurante de alto nivel o llevarse fuera de México.
Procedimiento
Jorge Córcega es un cocinero comprometido con la región, por lo que desde hace tiempo organiza un recorrido llamado La ruta de la Milpa con el objetivo de impulsar el trabajo de los productores locales entre la gente que muchas veces no se anima a recorrer una zona que a pesar de estar en la ciudad de México es percibida como lejana.
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