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El medio ambiente y la industria alimentaria en tiempos de Coronavirus

Por Mariana García

Con la llegada mundial del COVID-19, las rutinas y estilos de vida cambiaron drásticamente. Esta pandemia ha tenido consecuencias a nivel mundial: cierre de restaurantes y comercios, pérdidas humanitarias, cambios en el medio ambiente, alteraciones en la industria alimentaria y por supuesto crisis económica.

Una constante que preocupa a los expertos es el consumo disparatado de plástico y productos químicos; sobre todo cómo el utilizarlos podría dejar una huella fuerte en el medio ambiente después de que todo termine. Y sí, la industria alimentaria no está exenta de nada de esto.

Químicos y plástico, los protagonistas del delivery

En 1950, la población mundial producía 2 millones de plástico al año; actualmente, la cifra ha aumentado 448 millones de toneladas según cifras de National Geographic.

Muchos restaurantes optaron por seguir trabajando sumando la opción de delivery, lo que implica una entrega mucho más cuidada y sobre todo un contenido más alto de plástico y otros materiales como cartón y unicel.

De acuerdo con un estudio realizado por Green Peace, en México se producen más de siete millones de toneladas de plástico al año; el 48% es destinado a envases y embalajes que no necesariamente terminan siendo reciclados, ya que la capacidad real de reciclaje del total de residuos apenas llega al 6.7% en el país. 

Con la pandemia, las rutinas de limpieza relacionadas al consumo efectivo de alimentos y productos tuvieron que modificarse. Esto aumenta un uso excesivo de agua diariamente y por supuesto de productos químicos.

Datos obtenidos a través de Nielsen arrojan que desde la semana 9 -donde se dieron a conocer los primeros casos confirmados de COVID-19- hubo un incremento en el consumo del canasto Pantry Stocking, es decir, el rubro que comprende categorías de higiene, creció un 153% más que en una semana promedio.

Por otra parte, el canasto Staying Clean, con categorías de limpieza y uso doméstico creció 112% más que en una semana promedio. 

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El impacto de limpiadores en el medio ambiente 

La limpieza y otras actividades diarias como cocinar desprenden químicos que contaminan el aire más que los vehículos, según un estudio de la Universidad de Colorado

Según los expertos, los compuestos químicos que se escapan de las viviendas a causa de actividades diarias contribuyen globalmente a contaminar la atmósfera lo que tiene una consecuencia fatal en el efecto invernadero.

Se le conoce como efecto invernadero al fenómeno por el cual ciertos gases que son componentes de la atmósfera del planeta retienen gran parte de la energía que el suelo emite por haber sido calentado por radiación solar. 

Este proceso evita que la energía recibida por el planeta vuelva inmediatamente al espacio. El uso excesivo de limpiadores podría ser perjudicial para el medio ambiente y también en la industria alimentaria.

Pero… ¿qué pasa con los alimentos? 

Aunque no lo creas, todo lo que consumimos deja una huella de carbono y los alimentos no se quedan atrás. Éste es un indicador de la totalidad de gases de efecto invernadero que se causaron por su producción.

La gasolina de los medios de transporte, el esfuerzo de la maquinaria utilizada para refinarlo o el plástico empleado para los embalajes suman puntos en la huella de carbono.

Por segunda ocasión, un estudio realizado por Carbon Trust dio a conocer que a través de una encuesta más de 1,000 consumidores de Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, España, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos apoyan la inclusión de etiquetas de huella de carbono en los productos.

Esta solución contribuiría a preferir alimentos que fueron fabricados con menos impacto ecológico que generalmente también ayudan al desarrollo económico local pues son de cercanía.

Hugh Jones, director en Carbon Trust afirma que las marcas y empresas podrían tener mucho más valor manteniendo a sus consumidores informados para así hacer una cultura ambiental más consciente. 

Coronavirus, un antes y después en la industria alimentaria

Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente comenta que la pandemia de COVID-19 puede ser una gran oportunidad para construir un tipo de economía distinta en la que las finanzas y las acciones impulsen empleos sostenibles, el crecimiento verde y una forma distinta de vida. 

“Cualquier impacto ambiental positivo después de esta aborrecible pandemia debe comenzar por el cambio en nuestros hábitos de producción y consumo hacia modelos más limpios y sostenibles. Porque sólo las transformaciones sistémicas a largo plazo cambiarán la trayectoria de los niveles de CO2 en la atmósfera.”

Es importante tomar en cuenta que la vida no será la misma después de la pandemia; hay situaciones que no podemos evitar cómo el uso de limpiadores o el consumo de plástico en las entregas por delivery.

Sin embargo, desde nuestra trinchera podemos incentivar el uso consciente de lo que pidamos a domicilio e incluso utilizar productos naturales para limpiar el hogar.

Una vez entendido que la preservación del medio ambiente es fundamental para mantener la industria alimentaria, el esquema económico podría ajustarse a las necesidades de consumo pero también de producción.