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Papas fritas

¿Puede la comida rápida ser igual de adictiva que la heroína?

Por Animal Gourmet

Michael Moss es periodista, ganador de un premio Pulitzer en 2010; previamente fue finalista con un par de reportajes y de acuerdo con una de sus investigaciones, la comida rápida puede ser igual de adictiva que la heroína.

Enganchados

En su libro Hooked: Food, Free Will, and How the Food Giants Exploit Our Addictions, el galardonado escritor revela este dato que por supuesto causó asombro y sobresalto. ¿Por qué? Sabemos perfectamente que la comida rápida no es la opción más saludable cuando hablamos de comer pero aún así no podemos evitarla.

En general estos son alimentos procesados, altos en calorías y muchas veces fritos. Cof, cof… sí, les hablamos a ustedes papas fritas. A pesar de saber que tienen pocos nutrientes y más que ayudar de alguna forma afectan nuestra salud, las seguimos comiendo. No te angusties, no todo es culpa tuya.

 

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La comida rápida se reduce a elementos más simples como grasa, sal y azúcar; todos tienen el mismo impacto en nosotros una vez que damos un bocado: desencadenan la misma liberación de dopamina en nuestro cerebro que la morfina que se libera con la heroína.

“La dopamina es una herramienta para nuestra supervivencia. Necesitamos comer para vivir, y la dopamina está ahí para motivarnos a comer”, señala Moss. Entonces, esto es lo que dificulta que tu cerebro rechace esa comida rápida que amas y te produce placer.

Y aquí no termina…

Michael Moss tiene otra teoría: aquellos que elaboran comida rápida aprovechan esta propiedad adictiva. De hecho la alimentan con un derivado de almidón altamente procesado y casi indetectable llamado Maltodextrina.

Esta sustancia tiene las mismas propiedades adictivas del azúcar pero sin el sabor dulce. De hecho, son los alimentos hechos con este tipo de almidones los que generan los llamados picos de glucosa que son tan dañinos a la salud, pero no solo eso “empujan al cerebro a producir más dopamina lo cual nos pide que busquemos más alimentos”, escribe Moss.

 

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Este es el círculo vicioso de la comida rápida, nos hacen felices y causan placer, pero ¿a qué costo? Justamente por lo anterior comenzamos con esos deseos imparables y también del efecto que causan en nuestro organismo.

¿Cómo me doy cuenta y actúo?

Hay una forma y es ponerle atención a tu cuerpo. Cuando te sientes inflamado puede ser a raíz de esto, aunque no lo creas.

Esta respuesta la tiene el cuerpo cuando se enferma, como una forma de protección pero también cuando consume alimentos que lo inflaman como la comida rápida.

Según WebMD, la inflamación puede ser provocada por carbohidratos refinados (como pan blanco), bebidas azucaradas, carnes procesadas, margarina / manteca y, por supuesto, alimentos fritos.

La respuesta de nuestro organismo ante esto es similar a la que tiene cuando nos enfermamos. Así que ten esto en cuenta y a la próxima vez escucha a tu cuerpo. 

Recuerda no hay ningún alimento malo, solo si los comes en exceso, así que date tus placeres con moderación.