Existen errores que solemos cometer al cocinar, almacenar o simplemente comprar nuestros alimentos. Es importante conocerlos para evitar pasarlos por alto. Estas cosas que haces mal con tus alimentos, pueden ser muy comunes y en ocasiones ni darte cuenta. Pero cambiar estos pequeños malos hábitos, ayudará a que tus alimentos duren más, sepan mejor o simplemente no quieran “matarte” a la hora de que los consumas.
Dile adiós al bote de crema donde guardas esos frijolitos o al bote de yogur en el que guardas el caldito de pollo. Guardar alimentos en envases no aptos puede ocasionar que se deterioren más rápido. El reuso repetitivo de estos envases para alimentos cocinados también pueden ocasionar que ciertos químicos se transfieran a los alimentos. Usa contenedores herméticos que sean aptos para un buen almacenaje.
Comprar productos fuera de su temporada puede resultar en alimentos caros y con menos nutrientes. Tener en cuenta las temporadas y el ciclo de producción de cada región, te permitirá disfrutar alimentos con mayor valor nutricional.
La mayoría de las personas suele llegar del supermercado, tianguis u otros para inmediatamente guardar frutas y verduras en el refrigerador. Pero la realidad es que hacerlo de esta manera hace que se acumule una gran cantidad de bacterias y se puedan contaminar varios alimentos. Así que mejor, lava antes de almacenar.
Varios de los alimentos refrigerados suelen tener esta tapa de aluminio para evitar que se contaminen. La crema y el yogur son un ejemplo de ello. Pero dejarle esta tapa, cuando ya están abiertos y refrigerados, puede promover la proliferación de microorganismos. Esto por tener contacto con el aire y el alimento, en un ambiente húmedo.
Así es, podría ser algo muy práctico, pero realmente puede ser muy peligroso. Descongelar los alimentos a temperatura ambiente promueve el crecimiento bacteriano, es mejor hacerlo en el refrigerador o en el microondas.
En la industria alimentaria a esto se le conoce como PEPS o primeras entradas/primeras salidas. Esto es, colocar los alimentos recién comprados detrás de los más antiguos. No se le suele dar un orden a los productos cuando los almacenamos, pero hacerlo de esta forma, disminuye la posibilidad de que se caduquen sin ser usados.
Poner muchos productos en el refrigerador podría resultar contraproducente, pues pueden interrumpir la corriente de aire del refrigerador. Por lo que se recomienda no encimar alimentos. Se pretende que tengan suficiente espacio entre sí y una buena organización, para evitar que la temperatura varíe de una zona a otra, lo que puede ocasionar que se deterioren los alimentos más rápido.
Cortar la carne inmediatamente después de retirarla de la parrilla, plancha, sartén o asador es el peor error de todos. Esto provoca que los jugos internos salgan y la carne quede muy seca. Dale 5 o 10 minutos para reposar y que los jugos se distribuyan por toda la pieza.
Se recomienda descongelar el pollo antes de cocinarlo, pero por ningún motivo se debe lavar. La carne de pollo no se debe lavar nunca, pues este acto propicia la posible contaminación de las zonas de trabajo. Pues al lavar el pollo o cualquier otro tipo de producto cárnico, el agua salpica y es posible que esa agua pueda contener microorganismos que se pueden desarrollar rápidamente en la superficie.
Esta es la peor zona para colocar cualquier tipo de lácteos o inclusive huevos, pues es la parte que tiene mayor fluctuación de temperaturas. Los cambios repentinos de temperatura en algunos alimentos sensibles, como la leche, pueden ocasionar que se eche a perder más rápido de lo habitual. Colócala en la parte de en medio del refrigerador.
Cuando abres un alimento en lata, de ninguna manera quieras refrigerarlo con la misma lata. Transfiérelo a un recipiente hermético. Hacer esto propicia malos olores y además, disminuye la vida útil del producto.
Una de las más comunes y que todos, por flojera hacemos. Usar la misma cuchara para diferentes preparaciones puede ocasionar contaminación cruzada de los alimentos y con ello, disminuye el tiempo de vida útil del alimento. Esto también puede propiciar el desarrollo de microorganismos de un alimento a otro. Usa una cuchara para cada preparación.