

Cada año, la lista The World’s 50 Best Restaurants revela cuáles son esos “templos” gastronómicos más importantes del planeta. En 2025, la selección no solo destacó la creatividad de chefs en Lima, Tokio, Copenhague o Ciudad de México, sino también el lujo y lo que te gastarías en una sentada en cada uno de ellos. Aquí te contamos cuánto cuesta comer en los 10 mejores restaurantes del mundo en 2025.

En 2009, Mitsuharu “Micha” Tsumura abrió Maido, que actualmente es considerado uno de los grandes referentes de la cocina nikkei (fusión entre comida peruana y japonesa). Su propuesta gira en torno al “umami“, considerado el quinto sabor, el cual el chef ha estudiado profundamente.

En este caserío vasco, el maestro de las brasas Bittor Arginzoniz cocina todo al fuego. Su obsesión por las brasas lo ha llevado a desarrollar parrillas especiales para cada ingrediente: encina para pescados y verduras; sarmientos de vid para carnes. Entre sus curiosidades, produce su propia mozzarella con leche de búfala. De sus platos más célebres: bogavante a la brasa y caviar ligeramente ahumado.

El chef Jorge Vallejo y la sommelier Alejandra Flores han colocado a Quintonil entre los referentes de la cocina mexicana contemporánea. Su propuesta rescata ingredientes locales como el huauzontle o la chía en formatos sorprendentes, y los insectos tienen un lugar importante en cada menú. Su carta cambia por temporada y en la barra de cocina los comensales pueden ver cómo se preparan platos.
4. DiverXO (Madrid, España)

El madrileño Dabiz Muñoz, tres estrellas Michelin, convierte cada cena en un espectáculo visual. El lema de DiverXO: la cocina de los sueños. Sus platillos desafían las fronteras culturales y gastronómicas. Para poder hacer una reserva hay meses de espera.

Rasmus Munk lleva la experiencia a otro nivel con un menú de 50 tiempos, en 5 actos, en ambiente casi teatral que mezcla gastronomía, arte y protesta social. Sus platos son declaraciones políticas: advertencias sobre la contaminación, el maltrato animal o el cambio climático. El espacio es inmersivo, mientras se come un cóctel de medusas, se proyectan imágenes del océano.

El carismático Gaggan Anand creó un “teatro culinario” para solo 14 comensales. Sus menús sorpresa constan de 22 platillos con luces cambiantes y música explosiva. Con raíces en la cocina india, interpreta clásicos como un curry de cangrejo servido en espuma que parece ciencia ficción.

Ubicado en el Four Seasons Tokyo, Sézanne es dirigido por el británico Daniel Calvert, quien propone una visión vibrante de la cocina francesa con ingredientes japoneses. Con tres estrellas Michelin, sus platillos cambian según la temporada: destacan el foie gras con cítricos japoneses y el rodaballo de Hokkaido con mantequilla noisette.

A los 50 años, Bruno Verjus dejó atrás su faceta de crítico gastronómico para convertirse en chef. Hoy, su restaurante es uno de los más cotizados de París. Su menú Color del día se construye con productos de altísima calidad: ostras de Utah Beach, cerebro de ternera con fritura de anémona de mar o poularde gauloise asada lentamente. Cada platillo es un homenaje al productor.

La chef Pía León, también al frente de Central, abrió Kjolle como una oda a la biodiversidad peruana. Sus menús incluyen opciones aptas para vegetarianos y se nutren de proyectos de investigación en comunidades y ecosistemas del Perú. Entre sus preparaciones emblemáticas se ecuentra la corvina con navajas, pacae y camote o costilla de vaca con ají mochero.

Fundada en 1999 por Pablo Rivero, Don Julio es la parrilla más famosa de Buenos Aires y hoy ostenta una estrella Michelin. Su mérito: elevar el asado argentino a la alta cocina. Sus cortes provienen de razas Aberdeen Angus y Hereford, con maduraciones controladas. Imperdible: el ojo de bife acompañado de verduras de su propio huerto. Ha enamorado grandes paladares, hasta el de Lionel Messi, ¡imagínate!
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