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El enigma entre angulas y anguilas

Por Animal Gourmet

Alguien debería de explicar en forma clara, concisa y breve, que las angulas y las anguilas son el mismo animal en diferentes etapas de su existencia. Mostrar al público en capítulos, como si fuera una serie de televisión, el singular espectáculo que en este caso nos ofrece la naturaleza.

Capítulo 1: Angulas a la bilbaína: Fritas en aceite de oliva, con ajo y guindillas, en una cazuela de barro. El cocinero sonríe y mira el plato.

Las angulas se pescan con redes, algunas con estructura en forma de cuchara y otras que son largas y cónicas, es un arte de pesca tradicional que cambia en cada país, en cada región. Todos los años arriban a la desembocadura de los ríos, por el mes de octubre, a Portugal, España y Francia; en febrero avanzan por el Canal de la Mancha y hasta abril aparecen en el Mar Báltico.

Van por el agua en bancos enormes, similares a una gran mancha, pero cada individuo es como una lombriz, una pequeña hebra transparente que busca remontar las corrientes de agua dulce hacia los lagos y remansos de agua al interior del continente.

Se procura mantenerlas vivas ya que así se ofrecen a mejor precio; se venden crudas, al vacío o se congelan; se cocinan y empacan al natural o en diversas recetas (a la bilbaína) y se enlatan. Se comercializan en todo el mundo: Son caras.

Capítulo 2: Unagui kabayaki, anguila asada con una salsa dulce y espesa, servida sobre arroz blanco. El cocinero japonés mira hacia la cámara, como buscando algo.

La anguila en Japón es un animal en proceso de extinción; sin embargo, los criaderos japoneses de anguila existen desde 1880 y actualmente producen al año más de 50 mil toneladas de este producto. Estos criaderos en realidad son estaciones de engorda, ya que los productores compran por todo el mundo angulas vivas que transportan a sus instalaciones, donde las alimentan hasta que alcanzan el tamaño y peso adecuados para su comercio. Es el mismo caso en Taiwán, China y muchos países más, ya que la industria de engorda de anguila representa más del 80% del consumo de esta singular delicia.

La anguila se vende viva, ahumada, asada, en aceite, en gelatina, empacada al vacío, congelada; los precios varían por la categoría de la materia prima, la calidad de la preparación y el método de empaque.

Capítulo 3: En un laboratorio de anatomía hay un médico que camina en círculos; en una charola, sobre la mesa de disección una gran anguila se agita bajo la intensa luz de una lámpara de quirófano.

La anguila es un pez que pertenece al grupo de los teolósteos (peces con huesos), del orden de los Anguilliformes, que cuenta con más de 19 familias cuyas diferencias son mínimas, como el número de huesos o la coloración.

Las anguilas progresan en tres océanos: Atlántico, Pacífico e Índico. Sus más importantes especies son las siguientes: en el Atlántico, la Anguila anguilla, o europea; y la Anguila rostrata, o americana. En el Océano Pacífico la Anguila japónica, o anguila japonesa, las únicas del hemisferio Norte. En el hemisferio Sur se encuentra la Anguila australis, o de Australia y la Anguila dieffenbachi, o de Nueva Zelanda;  también la Anguila marmorata, que es la más común pues existe en África del Sur, Indonesia, China, Japón e islas del Pacífico.

Estos animales se consumen desde que son alevines o angulas, de apenas unos gramos hasta ejemplares con más de 2 metros de largo y 20 kilos de peso.

Capítulo 4: Una célebre académica (entre guapa y seria) sentada en un cómodo sillón se acomoda la falda mientras pregunta si ya se está filmando. Tose un poco y explica:

Este acertijo es muy antiguo y se creía que las anguilas surgían simplemente por generación espontánea pues nadie había encontrado en ellas algún líquido seminal o huevos; fue el clásico Aristóteles quien afirmó que nacían de “las entrañas de la tierra” como un producto derivado de la putrefacción de la materia orgánica. Por el 1600, Jan Baptiste Van Helmont afirmaba que eran producto del rocío de las mañanas de mayo; y preciso es obviar las múltiples capacidades mágicas de su contacto, de su grasa o de su piel.

Poco después se estableció la relación entre las anguilas, que nadaban por los ríos hacia el mar, y las angulas, que remontaban las corrientes hacia el interior continental donde crecían, para convertirse en anguilas. Hacia 1896 se logró atestiguar cómo unos diminutos peces transparentes, conocidos como leptocéphalos, sufrían un proceso de metamorfosis al arribar a la desembocadura de los ríos para desarrollarse como por arte de magia en angulas. Se hizo evidente entonces que la reproducción de las anguilas ocurría en el mar, ¿pero dónde?

En los inicios del siglo XX el oceanógrafo danés Johannes Schmidt se dio a la paciente tarea de navegar los mares por más de 20 años, midiendo el tamaño de estos diminutos  leptocéfalos, persiguiendo siempre al más pequeño, para así descubrir que el Mar de los Sargazos, un territorio cubierto de algas, carente de vientos y corrientes marinas del Atlántico Norte, un mar quieto ligado a numerosos naufragios (y también al Triángulo de las Bermudas), es donde tiene lugar el apareamiento de las anguilas.

En el caso de los océanos Pacífico e Índico las anguilas se dirigen desde sus guaridas de agua dulce hacia un punto en el mar, ubicado al norte de las Islas Marquesas. Viajan las anguilas en algunos casos por más de 10 mil kilómetros para arribar a estas regiones submarinas y llevar a cabo su apareamiento, viajes enormes tanto en las distancias como en el tiempo.

Poco después que los huevos son fecundados surgen las larvas con un periodo de vida hasta de un año, de allí se transforman en estos pescaditos transparentes llamados leptocéfalos que emprenden un viaje de regreso que puede durar más de tres años, hacia la desembocadura de los ríos.

Capítulo final: El anfitrión del programa en el malecón de una ciudad europea, con pipa en la mano, camina mirando a la cámara muy seriamente.

A manera de un resumen digamos lo siguiente: Una anguila adulta sale del lugar donde ha vivido, en un lago o en un río de agua dulce, desciende al océano y nada hasta el mar de los Sargazos, o hacia al norte de las Islas Marquesas, donde se reproduce y muere. Sus descendientes nadan de regreso, en forma de leptocéfalos, hasta la desembocadura de un río en donde se transforman en angulas. Las angulas suben la corriente de los ríos hasta un lago y allí se convierten en anguilas. Allí en el agua dulce crecen y viven el resto de sus vidas, hasta que el amor toca a las puertas de su ser y se dirigen de nuevo hacia el mar; y así, el ciclo de la vida se vuelve a cumplir.

Obviamente de aquí surgen más y nuevas preguntas: ¿Cómo se orientan para llegar a semejantes distancias? ¿Acaso los leptocéfalos se dirigen hacia el rio en el que vivieron sus progenitores? ¿Será el papá o acaso, la mamá? ¿Cómo y de qué se alimentan tanto las anguilas, como sus derivados, durante estos viajes maratónicos? Y la pregunta más importante: ¿Conoce usted estos sabores?

FIN.