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Las mujeres que reactivaron su economía con los chiles en Puebla

Por Mayra Zepeda (@mayra_zepeda) // Fotos: Joey L. para Lavazza

En 1992, un grupo de mujeres nahuas de la comunidad de Tlaola, Puebla, se reunió para cultivar chiles serranos con un objetivo principal: empoderar a las indígenas, brindarles empleo y, al mismo tiempo, libertad económica.

Trece mujeres -entre ellas María Lucía Cruz– crearon Seltsin, organización que con el tiempo se transformaría en Mopampa, una micro empresa que actualmente elabora productos con chile serrano -entre ellos salsas secas, mermeladas, mieles, entre otros-, más allá de solo cultivarlo.

En todas las mesas de Tlaola, cuenta Saraí Nolasco -una de las hijas de María Lucía Cruz-, se consume una salsa seca preparada con chile serrano ahumado. Aunque asociamos la palabra salsa con un líquido, la salsa seca es un polvo muy picante, la cual va de maravilla tanto en tacos como en guisos.

El chile serrano tiene tal importancia en Tlaola -tanto alimenticia como de identidad-, que la organización Slow Food México lo reconoce como uno de sus baluartes, es decir, un ingrediente digno de protección, difusión y uso.

Desde hace tres años, Mopampa le entró a la producción agroecológica de chile serrano, es decir, sin utilizar agroquímicos o pesticidas. Dalí Nolasco -vocera y también hija de María Lucía Cruz- explica que el interés de hacerlo surgió cuando se dieron cuenta de que los productores compraban semillas en municipios lejanos a Tlaola, las cuales ponían en riesgo la existencia de las semillas nativas.

Las semillas ajenas a Tlaola se acostumbraron a los agroquímicos, por lo que Mopampa también se dedicó a desintoxicarlas y crear abonos orgánicos para cuidar sus cultivos.

Mopampa se define como una “empresa social de mujeres”, así que decidieron compartir la marca con productoras de chile manzano en Tetela de Ocampo y de frutas de temporada en Ocotlán, Puebla.

Volver al campo

Desde 2007, el interés de cultivar y comercializar el chile serrano criollo disminuyó en Tlaola principalmente por el bajo pago que los productores recibían por sus ingredientes.

Después de buscar alternativas, un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Xicotepec visitó Tlaola y enseñó a las mujeres de la comunidad a elaborar varios productos como mermeladas, chiles en vinagre y shampoos, actividades que generaron ingresos económicos a las familias.

Con este proyecto, explica Dalí Nolasco, también se busca garantizar que las próximas generaciones puedan vivir bien con este trabajo. “Sucede que los jóvenes de la zona quieren una carrera universitaria y no volver jamás a Tlaola. Nosotras decimos sí puedes irte, pero con cualquier carrera que estudies tienes la posibilidad de regresar y devolverle a la tierra un poco de lo mucho que ese terreno de vida te dio”, dice Dalí.

Hasta el momento, Mopampa ofrece 13 productos: salsas secas con chile serrano natural, con cacahuate y con ajonjolí; mieles naturales, con esencia de linaloe y vainilla; chiles en vinagre, compotas de frutas y coulis de zarzamoras.

La producción va tan bien, dice Saraí Nolasco, que las comunidades en Tlaola pueden elaborar hasta dos mil frascos de salsas a la semana.

“Nosotras somos la segunda generación después del grupo de las fundadoras, y ahí viene la tercera”, dice.

Si quieres conocer lo que hace Mopampa, algunos de sus productos están disponibles en un pequeño negocio llamado Camelia Bistrot.

Dirección: Río Pánuco 32, colonia Renacimiento, delegación Cuauhtémoc.