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Un recorrido por la gastronomía de Portugal

Por Paloma García (@palomagcasti)

Contra los gigantes de Europa -Francia, España, Italia, Bélgica-, pensar en visitar algún país fuera de éstos con motivos culinarios suena ilógico, pero la realidad es que hay varias joyitas en otros lugares y descubrirlos es todo un espectáculo sensorial. Así pasa cuando alguien conoce la gastronomía de Portugal.

Las calles son empedradas; las fachadas, de azulejos. El clima es de los más privilegiados de toda Europa, es relativamente barato y la comida es simplemente espectacular.

Desde los aperitivos hasta los postres, comer en Portugal es sentirse como de la casa.

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Cebolla, ajo y pimentón. // Foto: Paloma García Castillejos

Los principales ingredientes para dar sabor y aroma a los platillos son la cebolla, el ajo y la guinda o pimentón.

No es extraño encontrarse, caminando por un mercado, estos tres amarrados; además de usarse para cocinar, son un elemento decorativo en todas las cocinas portuguesas.

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Para hacer hambre, un vinito

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Es posible que al pensar en vino portugués, lo primero que se piensa sea el Oporto, este vino fortificado, generalmente servido con postres por ser dulce.

Los portugueses viven orgullosos de este producto, pero tienen mucho más para beber.

Por su posición geográfica, Portugal es un productor muy importante de blancos, específicamente el vino verde.

No se trata de un líquido con colores radioactivos, sino una alusión a la vendimia temprana de uvas que hacen que sea ácido y desarrolle una carbonatación muy ligera. Bueno para tomar con mariscos.

Pero la producción más grande se da en la cuenca del Río Duero (sí, la misma de la Ribera española) y los vinos tintos tienen mucha presencia en la sociedad portuguesa; en cada casa, todos los días, hay una botellita para acompañar la comida.

En la Isla de Madeira, a un costado de Marruecos, se elabora un vino con denominación de origen, muy similar a la idea del Oporto.

Es principalmente de uvas tintas, es de sabor dulce y tiene muchos usos en platillos portugueses.

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El personaje principal: el bacalao

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Bacalao seco certificado. Mercado de la Ribeira, Lisboa. // Foto: Paloma García Castillejos

Hay un dicho portugués que asegura que hay más recetas con bacalao que días en el año.

La tradición de consumir este pescado surgió desde la Edad Media y aunque no es endémico (se importa de Noruega, Islandia y Rusia), es un emblema de Portugal.

En la región centro, muy cerca de la frontera con España, se usa comer bacalao dorado, una delicia hecha con papa, aceite de oliva y un sofrito de cebolla.

En Lisboa, la capital, es más común encontrar el bacalao en croquetas o pasteis.

Este pescado es tan valorado por los portugueses que también se puede encontrar asado, desmenuzado, con salsa y en ensaladas.

Otros pescados y mariscos

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La franja de costa al Atlántico da para pescar toda clase de productos de mar. Entre los populares para los paladares portugueses está el pulpo -o polvo-.

La forma más tradicional de encontrarlo es con arroz meloso, mezclado con otros mariscos o asado con cebollas y papas. Este último es el protagonista en las cenas navideñas caseras.

La mezcla de todos los mariscos es muy común en los platos portugueses. Uno de los ejemplos más ricos es la cataplana, una cocción al vapor de langostinos, camarones, almejas, pollo, panceta y vegetales.

No te pierdas la sopa de mariscos, se elabora con base de tomate y se espesa con pan. Delicioso para un día de frío.

Las sardinas asadas son una delicatessen de la capital portuguesa. Se cocinan en leña y son de los platillos más sencillos pero más valorados.

Carnes, embutidos, quesos… y más delicias

La carne de res y cordero no es nada popular en Portugal, aunque en la sierra, más cerca de España, los consumen con más regularidad.

Aquí el rey es el cerdo, al que incluyen en el caldo verde, una sopa hecha con coles, ligada con harina y tropiezos de panceta.

El cocido portugués es una preparación que integra pollo, ternera, cerdo y embutidos. Además de la proteína, se agregan ejotes, col y zanahoria.

Comer chorizo aquí es todo un ritual. Carne de cerdo ahumada con paprika, ajo, comino y vino blanco se flamea con brandy y se sirve en un recipiente que generalmente tiene forma de cerdo.

Cuando te ofrezcan queijo de serra, definitivamente acéptalo. Tiene corteza dura, pero un interior lleno de sabor y muy cremoso.

Es común y de mucha calidad el queso de cabra en todas sus etapas de maduración.

El gran final: los postres

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Pasteis de Nata o Pasteis de Belém. // Foto: Wikimedia Commons

Para confitería, nadie le gana a Lisboa. La Torre de Belén, un antiguo fuerte en la desembocadura del Río Tajo con el Atlántico, es el emblema de los postres más famosos de todo Portugal.

Los pasteis de nata o pasteis de Belemson pequeños hojaldres rellenos con crema pastelera aromatizada con limón amarillo. No hay pierde: si vas, las encuentras en cualquier lugar (aunque hay que probar una que otra para encontrar la mejor).

Es muy común encontrar puestos de churros y porras -su versión más gordita- por la calle, claro, junto con un chocolate espeso para chopear.

En el norte comen Torta de Viana, una especie de brazo gitano rellena de crema pastelera; también son comunes las filloas, una tradición compartida con los gallegos. Se trata de una especie de crepas rellenas de azúcar y mantequilla.

En la región de Sintra es muy común encontrar queijadas, unos bizcochos dulces hechos con queso. Buenísimas para acompañar un cafecito mañanero.

Con tanta variedad, ¿por qué es raro escuchar de la cocina de Portugal?

Si estás familiarizado con la cocina española, es posible que hayas identificado algunas similitudes.

Los países de la cuenca del Mediterráneo invierten en proyectos de difusión gastronómica que motivan a los viajeros a preferirlos antes que a otras opciones.

No es que la cocina portuguesa carezca de platillos o ingredientes. El problema es que no ha tenido la oportunidad de darse a conocer lo suficiente y competir con la paella española, los vinos franceses o la pasta italiana.

El chef José Avillez es uno de los personajes principales en la cocina de este país. Su restaurante Belcanto, en Lisboa, está catalogado como uno de los 100 mejores del mundo por la lista World’s 50 Best.

José se ha dedicado a rescatar las recetas y poner en valor los ingredientes básicos de Portugal, y hoy se considera el embajador de su cocina natal.

¿Dónde comer comida portuguesa en la Ciudad de México?

En la ciudad de México hay pocos restaurantes portugueses, pero la mayoría son buenos. Aquí te van algunas opciones:

Pakaá

Dirección: Francisco Díaz Covarrubias 36-B, San Rafael.

Facebook: Pakaá Restaurante

Casa Portuguesa

Dirección: Av. Emilio Castelar 111, Polanco.

Facebook: Restaurante Casa Portuguesa

Bacalhau

Dirección: Av. Moliere 42, Polanco.

Facebook: BacalhauMx

Acércate a pedir un bacalhau escuchando fado para que te den ganas de ir a comerte Portugal con todos los sentidos en tu siguiente viaje.