Al querer bajar de peso generalmente cometemos el error de creer que comemos ensalada saludable pero te tenemos una sorpresa: no por ser un plato de lechugas con mil ingredientes más quiere decir que necesariamente es sano.
Sabemos que muchas veces resulta práctico ir a algún establecimiento para que te la preparen, sin embargo, puedes caer en la trampa de no comer lo que necesitas y encima gastar una fortuna por algo que podría quedarte mil veces mejor a ti.
Anímate a ir al mercado y comprar los ingredientes frescos que quieres incluir en tus ensaladas diarias. Si la tirada es también cuidar tu figura y tu nutrición, aquí te van unos tips que no debes dejar pasar.
La base
Lo más común es usar lechuga pero te recomendamos echar a volar tu imaginación con toda clase de hojas verdes como kale, arúgula o espinacas. Trata de arrancar las hojas desde el tallo en lugar de cortarlas para que no las dañes y se mantengan por más tiempo.
Este es el cuerpo de tu ensalada y generalmente es la mitad del total del plato que te vas a comer.
Aunque no lo creas, todas tienen un sabor distinto que le dará mucha versatilidad a una ensalada saludable y común. En México somos privilegiados por tener una enorme cantidad de quelites así que no escatimes en quintoniles, verdolagas o lo que encuentres.
También evita usar tus hojas cuando aún están mojadas, permite que sequen y después agregalas, de esta forma no se diluirá el aderezo.
Si no eres fan de los aderezos y le vas a los sabores naturales, incluye en la base hierbas frescas como albahaca, perejil o menta. ¡Hacen toda la diferencia!
También te recomendamos utilizar un tazón amplio y en lugar de bañar las hojas de aderezo, colocarlo en las paredes; por una parte para disminuir la cantidad que usas y por otra para que todas las hojas se impregnen del sabor.
La guarnición
Hay tantas opciones para preparar ensaladas que puedes caer en la tentación de usar muchos ingredientes a la vez. Ten paciencia, eventualmente podrás usarlos todo, mejor procura no exagerar.
Ve agregando poco a poco los que más te gustan. Procura que los trozos sean pequeños para que quepa todo en tu tenedor y se integren a la perfección.
Un gran tip de salud -que además hará que visualmente sea increíble- es utilizar ingredientes de distintos colores. Pensemos en betabel, coles, pimientos, rábanos y zanahorias.
Juega con las texturas de cada guarnición: ralla algunos, pica en cubos otros, haz julianas de los demás.
No abuses de las raíces y tubérculos: si pones papa, mejor ahórrate otros carbohidratos. ¿Haz pensado en agregar leguminosas a tu ensalada? Las lentejas y frijoles son una gran opción.
¿Entre los ingredientes hay algunos con mucha agua como jitomates, pepinos o frutas como naranjas y peras? te recomendamos incorporarlos a la ensalada justo antes de que la vayas a comer.
Los extras
Los croutones son una excelente idea para darle más sabor y una textura completamente diferente pero por favor no cometas el error de ponerlos si estás a dieta. En caso de que te des permiso, agrégalos justo antes de comer para que sigan crujientes.
Otra opción para dar textura es la tortilla frita. Aguas, esto transformará tu ensalada en unas enchiladas deconstruidas así que definitivamente no son opción si lo que quieres es cuidar tu figura.
Lo más adecuado para dar sensación de saciedad y no sentirse culpable son los frutos secos. Aquí puedes dejarte ir con almendras fileteadas, nueces de la india, cacahuates o pistaches. Te recomendamos que sea menos de un puño por plato.
Si vas a agregar lácteos, pollo o alguna proteína animal te recomendamos que no supere una cuarta parte del total de tu plato. Otro tip es aprovechar los quesos frescos y aquellas carnes que no tengan grasa.
Los aderezos
Para aliñar una ensalada hay una combinación que no falla y te evitará las calorías de los aderezos cremosos y también tener que preparar una vinagreta casera. ¿Sabes de qué dupla te estamos hablando? Por supuesto, aceite de oliva y vinagre balsámico.
Todo puede ir bien con tu ensalada hasta el momento de agregar más sabor pero los aderezos pueden echar a perder todo lo saludable que creías tu comida. Te recomendamos no recurrir a productos cremosos en exceso.
Hay formas de hacer vinagretas bastante ricas y sin conservadores ni ingredientes añadidos. La enorme ventaja de hacerlos tú mismo es que puedes jugar con aromas y sabores acorde a cada ensalada.
¿Ya te animaste a preparar uno? ¡Perfecto! aquí te dejamos algunas recetas para aderezos ricos y poco grasosos para una ensalada saludable de a de veras.
