Aunque no lo creas, existen grasas buenas en muchos alimentos de origen natural. A pesar de que a los lípidos generalmente los asociamos con algo malo e incluso insalubre, éstos son indispensables para el correcto funcionamiento del cuerpo.
Las grasas buenas forman parte de una alimentación equilibrada y saludable, deben incluirse en las comidas ya que si bien son fundamentales, el organismo no las produce.
Grasas ¿buenas?
Las grasas tienen una función primordial que es dar energía y hacer reservas; si bien los carbohidratos la proveen de manera inmediata, son los lípidos los que sirven para que el cuerpo trabaje correctamente cuando no hay actividad física.
Sin embargo, a este grupo de nutrientes se le ha señalado por ser dañino; es importante mencionarlo, comerlas en exceso sí puede traer serios problemas de salud.
En un primer acercamiento con el mundo de los lípidos, es importante saber que en los alimentos hay distintos tipos de grasas y algunas son el complemento perfecto de otros nutrientes.
Hay vitaminas -como la A, D, E y K- llamadas liposolubles que se absorben en células grasas y es así como el cuerpo las puede aprovechar. Estos nutrientes son básicos para mantener la piel y el cabello saludables aunque también benefician la vista y el sistema nervioso.
Entonces, si en tu dieta estás evitando las grasas buenas no habrá forma de que las vitaminas sean benéficas para tu organismo.
Una de las mayores ventajas de consumirlas es que al hacerlo se obtienen un par de ácidos llamados linoleico y linolenico; éstos son fundamentales para el buen funcionamiento del cerebro, la buena coagulación de la sangre y para reducir procesos inflamatorios.
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Pero no nos debemos confundir, estas grasas buenas también son conocidas como insaturadas y se obtienen principalmente de algunos vegetales y semillas.
Esos chicharrones fritos o las quesadillas sumergidas en manteca no son precisamente la grasa que necesitas. Claro que te puedes dar un gustito de vez en cuando, sin embargo, basar tu dieta diaria en estos alimentos traerá a la larga problemas cardiovasculares.
En México, estos trastornos del corazón se encuentran entre las primeras causas de mortalidad. Pasarse de garnachas provoca la acumulación de colesterol en las arterias y por ende, el bloquedo del flujo sanguíneo.
Las grasas malas también se conocen como saturadas y provienen de algunos productos animales como carne; los aceites que son sólidos a temperatura ambiente como el de coco o palma también las contienen a pesar de ser vegetales.
¿En dónde hay grasas buenas?
A nivel gastronómico, las grasas -ya sea vegetales o animales- tienen una función en la cocina y es dar sabor. Ese es el motivo por el cual una pasadita de manteca hace cualquier antojito más sabroso, o también por qué amamos ponerle aguacate a todo.
Las grasas buenas también pueden completar el sabor de un platillo haciendo que la alimentación sea buena, equilibrada y completa. Una de las ventajas de incluirlas es que dan sensación de saciedad y formarán reservas de energía que se aprovechan por el cuerpo de la mejor manera.
La naturaleza brinda grasas buenas y muy ricas. Mira cuáles son las más comunes.
- Pescados: salmón, sardina, atún blanco, trucha arcoiris.
- Productos de soya: principalmente fermentada, tofu.
- Frutos secos: almendras, nueces, cacahuates, piñones, semillas de girasol o pepitas, ajonjolí.
- Semillas: chía, linaza
- Aceites: canola, oliva, girasol, maíz.
- Aguacate
