¿De verdad es bueno comer un pan para el susto? Estamos ante un mito que ha pasado de generación en generación y del cual desconocemos el origen exacto.
Y está presente siempre, sobre todo después de un temblor, cuando la gente bien intencionada recomienda “comerse un bolillo pa’l susto”. Pero ¿qué tanto de verdad hay en esta amable recomendación?
Lamentamos decirte que es falso.
¿Qué pasa en el cuerpo cuando nos asustamos?
Cuando hacemos un coraje o pasamos por un susto, la vesícula biliar inyecta bilis en el intestino delgado, y se puede subir la presión así como causar dolor y náuseas, sobre todo después de las comidas. Lo lógico sería consumir un alimento que detenga o revierta la producción de esta sustancia, pero ni el pan -o cualquier otra masa- es capaz de hacer esto.
Según la doctora María del Refugio Torres Vitela, profesora de Farmacobiología de la Universidad de Guadalajara:
“La recomendación de comer bolillo para recoger la bilis después de un coraje o susto no tiene ningún fundamento científico”.
En primer lugar, al consumir el bolillo, lo vamos a masticar y la bilis que secreta la vesícula llega directamente al intestino, que está después del estómago, por lo que el bolillo no llega a donde llega la bilis.
El bolillo se convierte en masa y se mezcla con con jugos gástricos y lo que la gente haya comido, así que no hay contacto directo con la producción de bilis.
De todas maneras, esa bilis secretada en el intestino -que sirve para digerir las grasas- se va a ir con las heces fecales, entonces este mito no tiene ningún fundamento científico.
Si un diabético se asusta y come un trozo de pan o cualquier otro alimento, es posible que la glucosa no sea procesada y se almacene en la sangre, lo que implica un riesgo para su situación específica de salud.
Si un diabético se asusta y come un trozo de pan o cualquier otro alimento, es posible que la glucosa no sea procesada y se almacene en la sangre, lo que implica un riesgo para su situación específica de salud.
¿Hay algún alimento que sirva para mitigar el susto?
Según la maestra Torres, tal vez ésta creencia se deba a que el susto puede ocasionar una sensación de vacío en el estómago, y como los hidratos de carbono no son tan productores de ácido gástrico, la gente puede percibir cierto alivio a esa sensación.
“La sensación de vacío por la adrenalina y el cortisol que secretamos en estos casos se puede contrarrestar mejor con algún hidrato de carbono simple, como un caramelo o algo con azúcar”.
Aunque nada realmente es un alivio efectivo contra la formación de bilis, ya que lo que masticamos llega al estómago y la bilis, al intestino, entonces ambas masas nunca entran en contacto y no hay manera de que nada contrarreste este flujo de bilis y los efectos que este pueda llegar a tener en el organismo”.
La paradoja de la comida de confort
Foto: Rodrigo Crespo
En realidad, el “pan para el susto” es más un remedio psicológico que nutricional, afirma la nutrióloga Alejandra Rivera. Si bien no hay una reacción química en el intestino, comer algún ingrediente alto en azúcar o grasa generará la producción de serotonina y oxitocina, neurotransmisores que incentivan la sensación de placer y saciedad en el cuerpo humano.
Definitivamente, no se debe confiar en la comida de confort para mitigar sustos, sensación de miedo o enojo pues a la larga genera un desequilibrio nutricional que puede causar distintas enfermedades; sin embargo, la costumbre de acudir a ella es una realidad común en los humanos y por eso existe el mito del pan para el susto.
Así que ya sabes, la próxima vez que tiemble y tu bienintencionada vecina te recomiende “bolillito pa’l susto, le puedes responder esta explicación científica. Y si quieres conocer la verdad sobre otro mito urbano relacionado con la comida y los sustos, pasa por aquí.
