A estas alturas del año ya no hay pretexto para comenzar con los propósitos de obtener un mejor estilo de vida. Mucho se habla sobre la dieta detox pero su confiabilidad se ve diluida en miles de tratamientos de belleza, productos milagro y cosas que no causan una verdadera desintoxicación del cuerpo.
Entonces ¿qué diablos es y cómo se puede seguir de forma eficiente?
Primer punto importante: si tu objetivo es bajar de peso, hacer una dieta detox jamás será la opción adecuada. Puede ser el primer paso, claro. Sin embargo, se trata de que el organismo libere todas aquellas toxinas que adquirimos no solo con la comida sino con el ambiente, el aire, la contaminación y el estrés.
“No existe una única dieta detox y tampoco existe un plan exclusivo de seguimiento; lo que hace que resulte relativamente fácil hacerla”; cuenta Francesc Beumala, responsable del equipo de Dieta Detox en España y Latinoamérica.
Entooooonces, le llamamos así a un proceso que debe durar, según la nutrióloga Alejandra Medina, no más de una semana en la que eliminamos ciertos alimentos y malos hábitos que crean efectos negativos en el cuerpo.
Y ¿cómo decidir qué alimentos eliminar? ¿Exactamente qué puedo hacer para desintoxicarme? Te preguntarás. La respuesta no es sencilla y varía de persona a persona pero existen algunos lugares comunes por los que puedes comenzar antes de consultar a un especialista.
Según Pamela Berrondo, fundadora de Mesa Sana y médico funcional, no es normal sentirse agotada todo el tiempo; tampoco lo es sufrir de problemas digestivos como estreñimiento, diarrea o agruras crónicas. Tener antojos de azúcar todo el día, la piel opaca o llena de acné, marcas o ronchas no debería ser cotidiano. La ansiedad, depresión y desbalances hormonales no llegan solos y tampoco es normal enfermarnos todo el tiempo.
Ahí, cuando aparecen algunos de estos malestares, es momento de hacer un plan de desintoxicación.
Berrondo también asegura que el cuerpo se desintoxica solo todos los días; sin embargo, la carga tóxica y el estilo de vida que llevamos llega a sobrepasar esa capacidad que el cuerpo tiene.
Entonces no, no sirve solo tomar tés, jugos o fruta. Tampoco matarse de hambre. Es todo un cambio de hábitos: