En esta ráfaga de aperturas pospandémicas, pareciera complicado elegir un restaurante para comer en la colonia Roma. ¿La recomendación? Probar lo nuevo, pues hay sorpresas gratas, ambientes distintos y platos que emocionan. En esta ocasión tocó Distro Bistrot, en la calle de Frontera.
El lugar es laberintoso: lo primero que está a la vista es una barra delante de la cocina que, aunque cueste trabajo creerlo, es todo el espacio que hay para la preparación de alimentos. No hay producción, tampoco área de lavado. Lo que ves es lo que hay, y verlo es muy divertido mientras comes.
El resto pareciera un speakeasy: una barra más de vinos y cafés en el cuarto de al lado; la sala principal detrás, otra área de tragos, más mesas…
Comer distinto
Dentro de la cocina está Iván a la hora del servicio y también Raúl, mejor conocido como Dexter. Se conocieron unos cuantos empleos atrás y aquí hacen un equipo memorable; el primero, concentrado en el fuego, platica un par de cosas mientras que el segundo termina los platos entre chistes e historias.
Dexter pertenece a esta nueva generación de cocineros con formación escolar pero también están bien fogueados y enseñados por el trabajo duro del día a día. Arrancó su carrera en el restaurante de La Purificadora, en Puebla, cuando aún la dirigían Rodrigo Carrasco y Enrique Olvera.
Entre chascarrillos y anécdotas, llega la entrada, que es una rebanada de pan con puré de pimiento amarillo, queso Grana Padano y trufa negra rallada. En concordancia con las tendencias de cocina de producto, cuentan que todo se hace en casa y que la producción previa es intensa para no encamotarse a la hora del servicio.
Foto: Paloma García Castillejos
Sigue un ceviche de pescado blanco con una leche de tigre que hacen con keffir de coco -el resultado de fermentar con búlgaros la bebida vegetal-, sriracha hecha en casa, pepinos persas, endivias, flores de ajo y jitomates cherry.
Una mordida, un sorbo al vino cuidadosamente elegido e Iván sigue concentrado en lo que sigue: unas alcachofas parrilladas con foie gras y reducción de vinagre balsámico. Dexter termina el plato y aquello emociona nada más de verlo.
Foto: Paloma García Castillejos
Todos los lunes visita la central de abasto con la intención de armar catorce especialidades que rendirán solo una semana. Hemos aprendido de proveedores, horarios, temporalidades y hasta tenemos nuestro propio diablero, cuyo perro te ladra si te separas del grupo.
Los clásicos que sorprenden
Una receta que nunca falla es el fettuccine cacio e pepe, pero una cosa es eso y otra es llevarlo a un nivel insuperable. Distro Bistrot tiene, sin duda, una de las mejores. La pimienta se siente fresca y ligeramente picante; la crema es ácida sin ser invasiva y la pasta es fresca.
Y encima, mucho queso, del rico.
Foto: Paloma García Castillejos
El plato fuerte lo es sin opacar al resto de los tiempos de la comida; de modo que todo se disfruta igual. En la sartén de Iván se ve movimiento: unos camarones gigantes se parrillan con aceite aromatizado con ajo. Al lado hay puré de apionabo.
El plato lo termina Dexter con zanahorias glaseadas y platica lo mucho que le gusta cocinar con este vegetal. Es que son ricas, quedan con todo. Y además, le dan un toque crocante y muy estético al plato.
Foto: Paloma García Castillejos
Para cerrar, fruta, porque así era la costumbre en casa de Dexter cuando era niño. Pero no cualquier fruta: son plátanos flameados con ron y bañados con dulce de leche. Para terminar, un poco de crema montada y chocolate rallado.
Este postre es ligero pero lo suficientemente memorable para irse contento. Lo mejor es despedirse con un latte que prepara el barista con café de Guerrero.
Distro Bistrot
Dirección: Frontera #96 col. Roma Norte
Instagram: @distrobistrot
Cheque promedio: 700 pesos
