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Ilustración: Jesús Santamaría y Andrea Paredes

La salud mental y su profunda relación con la comida

Por Paloma García Castillejos

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Ese guisado o postre que tanto te gusta puede afectar para bien o para mal tu salud mental.

Así como hay comida que ayuda a la química de tu cerebro a estar en equilibrio hay otra que se convierte en la respuesta a un impulso negativo en la parte emocional.

Somos lo que comemos, por eso no podemos dejar nuestra salud mental solo a medicamentos y tratamientos psiquiátricos, la comida es otra forma de ayudar al cerebro a estar bien.

¿Puede la alimentación modificar un diagnóstico del comportamiento cerebral? ¿Podría la comida ser el principal proveedor de equilibrio y nutrición al cuerpo humano, incluyendo las neuronas? La respuesta es afirmativa en ambos casos aunque no puede hacerlo sola.

Pareciera que alimentación y salud mental solo tienen que ver cuando son cuadros de ansiedad o enfermedades como la bulimia o la anorexia. La realidad, afirma La Academia de Ciencias de Nueva York, es que todos los padecimientos que tienen que ver con la mente tienen una estrecha relación con los hábitos alimenticios del paciente antes y después de su diagnóstico.

No hay que dejar de lado que este tipo de enfermedades tienen orígenes mutifactoriales como las circunstancias de la persona que lo padece, la genética e incluso sus relaciones afectivas. La alimentación no es la única vía de prevención aunque hacerlo de forma correcta sí puede marcar una diferencia.

Todo está conectado

En los años 70 se comprobó que hay una conexión física entre los órganos del sistema digestivo y la mente, el cual consiste en un canal de comunicación bidireccional que relaciona los centros de cognición y emociones del cerebro con las funciones periféricas del intestino.

Esto se concluyó con base en la observación de que el estrés y la ansiedad se manifiestan mediante la inflamación de algunos segmentos del intestino y causan colitis, gastritis y acidez. De forma bilateral, también se comprobó que comer ciertos alimentos causan sensación de bienestar o la falta de ellos causan depresión.

A partir de los estudios de esa década, científicos de todo el mundo han comprobado que este vínculo, llamado eje intestino – cerebro, en conjunto con la flora intestinal también conocida como microbiota influyen directamente en los diagnósticos psiquiátricos.

kombucha comestible salud mental

Se trata de seres vivos, particularmente bacterias elementales para el cuerpo humano que existen en el aparato digestivo y que además fortalecen el sistema inmune.

Entran al cuerpo a través de alimentos probióticos como el yoghurt casero, el kéfir, la kombucha, los encurtidos y todo aquello que tuvo un proceso de fermentación ininterrumpida, o sea, que sus bacterias siguen activas. De igual manera se pueden adquirir con suplementos que contengan lactobacillus.

Ya hay suficiente evidencia científica –como este estudio de la Academia de Ciencias de Nueva York– que comprueba que comer alguna de estas opciones tiene efectos beneficiosos para el cerebro y sí puede reducir el riesgo de padecer enfermedades mentales, específicamente Alzheimer, Parkinson y depresión.

Cuando la comida llega al intestino, las bacterias de la microbiota se encargan de que, por ejemplo, el triptófano contenido en una barra de cacao pase al torrente sanguíneo, se absorba como nutriente, se convierta en serotonina y llegue al cerebro para dar sensación de plenitud y felicidad.

El cerebro también come

A este músculo hay que tratarlo como a todos los demás: ejercitarlo, darle descanso, alimentarlo con proteínas y carbohidratos. 

Martha Castells, doctora en Farmacia y nutrición por la Universidad Complutense de Madrid explica que el cerebro necesita tres cosas básicas para funcionar como debe, tanto para las funciones básicas como para inhibir problemas emocionales y cognitivos.

La primera es la glucosa obtenida de los carbohidratos que aportará energía necesaria (aquí cabe recalcar que el cerebro consume el 20% del total de la ingesta energética de todo el cuerpo). La segunda son las proteínas que se encargan de producir los neurotransmisores que conectan las neuronas y permiten la actividad cerebral. La última es el agua que facilita todo lo anterior.

dieta vegana

El cerebro se enferma cuando hay una alteración química que provoca que los neurotransmisores no logren hacer su trabajo; una de las formas de identificarlo es mediante las emociones, pues estas sustancias también se encargan de dar al cuerpo sensaciones de saciedad, placer, buen sueño y felicidad y obtienen estas capacidades de los minerales y aminoácidos que existen en los alimentos.

La influencia de la comida en los tratamientos

Cualquier persona diagnosticada con enfermedades psiquiátricas también debe de poner atención a su estilo de vida. Esto, de acuerdo con Ana Lilia Córdova, nutrióloga especializada en trastornos alimenticios y salud mental tiene que ver con cinco factores:

  • Nutrición
  • Sueño profundo
  • Vida activa
  • Manejo del estrés
  • Relaciones interpersonales.

Aunque en la mayoría de los casos con alta vulnerabilidad -esquizofrenia, Parkinson y Alzheimer principalmente- no se pueden controlar del todo estos factores, sí hay muestras de mejora cuando se pone atención a ellos.

Alejandro Sánchez, director del Centro Integral de Salud Mental CISAME, explica que existen nutrientes cuyo efecto positivo en la salud mental está documentado -específicamente en casos de depresión y ansiedad- como el omega 3 contenido en los pescados grasos y el aceite de oliva.

De igual manera se recomienda a los pacientes comer alimentos que producen melatonina -rábanos, avena, arroz y maíz- pues esta hormona se encarga de regular los ciclos de sueño e inhibir el insomnio, que es una fuente de enfermedades mentales.

Un problema que surge cuando existen padecimientos como el síndrome alimentario compulsivo -que consiste en comer de forma desmedida e inconsciente cualquier cosa- es que los pacientes suelen no discriminar la calidad ni naturaleza de los alimentos siempre y cuando les inhiban la ansiedad.

Al respecto, Córdova resuelve: los atracones de pacientes con enfermedades de esta naturaleza suelen ser con harinas refinadas, azúcares, conservadores y productos ultraprocesados. Uno de los primeros pasos hacia la recuperación es recomendar colaciones naturales que por lo menos brinden nutrientes al organismo.

Aterrizar la salud mental en la comida diaria

A pesar de que la alimentación como único tratamiento -es decir excluyendo el seguimiento psicológico y los medicamentos- no es del todo eficiente, Sánchez, siempre recomienda una dieta equilibrada en sus pacientes.

Pero ¿qué significa esto y qué implica ponerlo al plato? La nutrióloga Ana Lilia Córdova asevera que, aunque todos los individuos deben valorarse de forma particular, una ley universal es primero eliminar del todo los alimentos procesados y agregarlos a la cotidianidad de acuerdo a la evolución de cada quién, posterior a esto se debe mantener en observación que las células se desinflamen y funcionen de manera correcta.

Asimismo, también explica que el equilibrio en la dieta que se basa en el plato del bien comer es un acercamiento claro para tener mejores resultados en términos de nutrición. Un factor que también hace la diferencia es evitar alimentos empacados cuyas calorías son vacías de nutrientes pues no brindan saciedad y más bien empoderan a seguir comiendo sin beneficio alguno.

plato del bien comer

Además de esto, Sánchez recomienda incluir ingredientes probióticos que fortalezcan la flora intestinal para que pueda realizar su trabajo de manera correcta y los nutrientes puedan convertirse en los neurotransmisores que logran el buen funcionamiento del cerebro a nivel cognitivo y emocional.

Entonces, un paciente diagnosticado con enfermedades mentales sí puede ser tratado mediante un modelo alimenticio que apoye los medicamentos siempre y cuando tenga acompañamiento nutricional, psiquiátrico y psicológico.