drag_handle
Un paseo por las joyas escondidas de los vinos franceses .

Un paseo por las joyas escondidas de los vinos franceses

Por Mayra Zepeda

En el mundo del vino, Francia tiene una posición privilegiada y también la tiene en la mente del consumidor, pero su aura de excelencia y exclusividad ha resultado un arma de doble filo.

Muchas personas solo voltean a ver los vinos de bodegas y castillos de renombre, de las regiones más prestigiadas y los productores más exclusivos, y olvidan totalmente “el bosque”, es decir, ese mar de productores y regiones que también merecen toda nuestra atención.

¡Cuántas veces he escuchado la famosa frase “Francia produce grandes vinos, pero los baratos son muy malos”! Me da escalofríos.

Demos una vuelta por las apelaciones o vinos que debes conocer y que merecen que les des una segunda oportunidad:

Champagne

Creo que no existe región más malentendida que ésta. Los finos de esta zona son considerados solo como símbolo de celebración que nos olvidamos lo geniales que pueden ser los mejores.

El mercado se ha enfocado mucho en las casas de Champagne, pero se ha olvidado totalmente de los productores de esta zona mágica.

Hoy existe una escuela o corriente creativa que quiere regresar a un champagne de territorio, a un vino de Champagne con una esencia más cercana a Borgoña, donde lo que se busca es resaltar el terroir.

Productores como Raphael Bereche, Benoit Tarlant, Georges Laval o Cedric Bouchard, producen vinos transparentes al territorio de donde vienen las uvas bajo el concepto de la viticultura biodinámica y usando el hormigón para la maduración de sus vinos. El resultado son botellas prodigiosas a una fracción del precio de las “grande cuvée” de las casas de champagne.

Ródano

Esta región, conocida por sus Côte Rotie al Norte y Chateauneuf du Pape al sur, produce algunas de las joyas escondidas más interesantes de la nueva Francia vitícola, como me gusta nombrarla. Aquí estamos frente a una ola de viticultores jóvenes que recuperan propiedades familiares y que deciden romper con el esquema de viticultura cooperativista o de gran volumen.

Redescubrir la viticultura “de antes”, limpia y ecológica, sin sobreuso de barrica y madera nueva, con un mínimo de intervención humana.

Denominaciones de menos prestigio como Vinsobres, Visan, Gigondas o Cornas hoy producen vinos increíbles a precio accesible, debajo de los 300 pesos en muchos casos.

Me viene a la mente el trabajo de Marcel Juge o de los hermanos Joel y Eric Durand en Cornas o de Jean Luc Colombo o Emanuel Darnaud en Crozes Hermitage (el Mise en Bouche 2014 de Darnaud es una JOYA de vino, algo imperdible).

Esta zona produce vinos que merecen estar en todas las mesas, sin duda alguna. Otro de mis grandes favoritos, el vencedor por nocaut: el Chateau Les Mourgues du Gres de la zona de Costières de Nîmes, un vino absolutamente fantástico que cuesta menos de 300 pesos.

El Languedor y el Rousillon

Les digo “el gigante adormecido”. Son regiones que fueron plagadas por el cooperativismo y la dilución de la identidad territorial, que produjeron algunos de los peores vinos jamás embotellados en Francia, una tragedia nacional.

Hoy, gracias al trabajo de muchos viticultores y sommeliers (como el muy talentoso Hervé Bizeul que hoy es dueño del mítico Clos des Fées), estas regiones están produciendo vinos espectaculares, intensos, cálidos, generosos. Una expresión de la fruta increíble, una concentración casi única en Francia.

En mi opinión, ambas regiones producen los vinos más modernos de la Francia vitícola. Aquí encontramos viñedos con muy viejas vides de syrah, de grenache, de mourvedre o de carignane que producen vinos profundos, a veces duros, pero siempre intensos, con una concentración única. Son vinos que “huelen a sol”, donde se siente el alma mediterránea de la zona.

Corsica

Así es, la isla que vio nacer a Napoleón produce vinos y ¡qué vinos! Desde Yves Leccia hasta los vinos de la familia Abatucci, en Corsica producen vinos únicos en su estilo. Los blancos de la apelación Patrimonio son, hoy, mis blancos favoritos. Una acidez absolutamente única, flores, miel, romero, anís…¡un verdadero espectáculo! ¿Lo mejor de todo? ¡Los vinos están disponibles en México!

Burdeos

La región más amada y odiada, la que llama la atención por sus vinos de precios delirantes, sus famosos “Grand Cru Classés” y sus Chateau. Es tiempo de que olvides todo esto y descubras el lado escondido de Burdeos.

Hoy existe una cantidad de propiedades extraordinarias en Burdeos, pero como muchos están detenidos en Mouton/Latour/Lafite/Petrus, se olvidan de todos los que están debajo de la punta del iceberg.

Hay que adentrarse en las tierras de la zona de Burdeos y dirigirse hacia la parte este, aún más al este que Saint Emilion, en las zonas de Fronsac, Canon Fronsac o Côtes du Castillon. En esta zona vale la pena detenerse con Denis Durantou y su propiedad, Chateau Montlandrie, que produce algunos de los mejores ejemplos de la zona.

Podemos también, en la zona de Fronsac, detenernos en el Chateau La Vieille Cure, una propiedad que produce vinos capaces de competir con grandes St Emilion sin ninguna duda. Jonathan Maltus produce también vinos muy económicos de gran calidad y complejidad, que logran ser transparentes a su origen, como puede ser Chateau Teyssier, un St Emilion Grand Cru muy accesible (menos de 500 pesos) y de soberbia calidad.

El vino estrella sería, sin duda, el vino de mi Marco Peletier, el Domaine de Galouchey “Vins de Jardin”. Éste es EL vino gastronómico por excelencia, un vino de Burdeos desclasificado en Vins de Pays, donde la fruta es seleccionada grano por grano y con una microproducción de 4 mil botellas al año o menos. Una delicia, un vino puro, limpio y dedicado a una sola cosa: ¡a darnos placer!

El mundo del vino está en perpetuo movimiento que, al margen de un calendario biodinámico, pasa por varias fases. Muchas veces, para conocer una hora de gloria, hay que pasar por varias horas de sombra.

Muchas regiones francesas han vivido en la sombra de los gigantes que son los Grand Crus de Burdeos, los grandes Borgoña o los majestuosos Ródano. Es tiempo de descubrir las joyas del patrimonio vitícola francés y buscar estas botellas escondidas.

Por suerte, cada vez más vinos están disponibles en México y la única manera de tener más de estas joyas es apoyar a los pequeños importadores y distribuidores que traen estos vinos.