Se le describe como la “fiebre del oro” del momento. La popularidad de este producto como refrigerio sano ha significado una bonanza para los productores de almendras en California.
Un 82% de las almendras que se consumen en el mundo provienen de este estado estadounidense.
“El valor de las cosechas de nueces y almendras en particular se hya incrementado porque el mundo se ha dado cuenta del valor nutricional de comer almendras y lo buenas que son para nuestro organismo” explica David Phippen, productor de almendras en el área central de California.
La granja de Phippen, que funciona con energÃa solar, es una sociedad entre cinco familias. Es una de las primeras en el mundo que utiliza robots, diseñados con tecnologÃa de la NASA, para seleccionar las almendras buenas entre las malas.
Es un proceso sumamente mecanizado con sistemas sofisticados de irrigación en los huertos pero, sobre todo, la producción de almendras depende del clima.
La región es uno de los pocos lugares del mundo donde pueden crecer los almendros. Tiene una combinación perfecta de clima frÃo en invierno, sin ser demasiado frÃo, lo que permite que los árboles permanezcan latentes, seguido de una primavera templada que los estimula a crecer y florecer.
Lo más importante es que los árboles necesitan entre 500 y 700 horas de latencia seguido de un perÃodo libre de heladas para que puedan iniciar su crecimiento, a menudo a mediados de febrero.
Los agricultores como Phippen han respondido al auge global de la producción expandiendo sus huertos.
“El valor de cada almendra se ha disparado drásticamente y los productores están buscando el mejor rendimiento de sus inversiones asà que están cosechando almendros a una tasa alarmante” dice.
“A principios y mediados de los 90 se consideraba que los frutos secos, en general, y los almendros, en particular, eran poco saludables porque tenÃa mucha grasa” dice John Talbolt, vicepresidente de desarrollo de mercados globales de la Junta de la Almendra de California.
Pero agrega que la investigación ha demostrado que la grasa que contienen las almendras posee caracterÃsticas positivas.
“Es la grasa buena, no la grasa mala” señala. Y explica que un mayor entendimiento del papel positivo de las grasas monoinsaturadas ha cambiado la percepción de la gente.
La grasa buena, como la monoinsaturada, ha demostrado que es beneficiosa para el organismo porque reduce el riesgo de enfermedad del croazón y aumenta el colesterol bueno.
La grasa perjudicial, que incluye las saturadas, viene principalmente de las fuentes animales. Se encuentra en alimentos procesados y esto se ha vinculado a un incremento en los niveles de colesterol y enfermedades cardiovasculares.
En años recientes la industria de la almendra se aprovechó de las cualidades del fruto seco para la promoción de la salud.
Las campañas de mercadotecnia resultaron en un crecimiento gradual pero significativo de la industria.
Las investigaciones independientes también han apoyado la afirmación de que las almendras son un producto sano.
La doctora Michelle Wien, investigadora y nutricionista, ha estado estudiando los beneficios de la salud de las almendras durante más de una década.
En un estudio, en el Centro Médico Nacional Ciudad de la Esperanza en Duarte, California, descubrió que cuando el fruto seco era incorporado en un programa para perder peso, los que lo consumÃan bajaban un mayor porcentaje de peso corporal que quienes no lo comÃan.
“Tienen una buena cantidad de fibra, entre los frutos secos es el de nivel más alto de proteÃna y mis pacientes informan que cuando consumen almedras es muy satisfactorio el proceso de crujido y masticado” explica Wien.
Señala que las almedras tienen el efecto de hacer que la gente se sienta satisfecha y menos hambrienta durante más tiempo.
Wien, que trabaja con pacientes diabéticos, afirma que las almendras tienen cualidades que las convierte en un valioso ingrediente de un refrigerio.
“Ya que las almendras son altas en grasa reducen lo que se llama Ãndice glucémico del refrigerio” explica.
“Si colocas un producto con un bajo Ãndice glucémico, como la almendra, con otro allimento con un alto Ãndice glucémico, que podrÃa ser una fruta o una galleta, entonces minimizarás el aumento del azúcar en la sangre después del refrigerio”.
El consumidor, sin embargo, debe estar consciente de que no es bueno comer demasiadas almendras.
Una porción de 28 gramos, unas 23 almendras enteras, contiene 160 calorÃas por lo cual deben consumirse con moderación.
Todos estas caracterÃsticas han conducido a que el precio de la almendra se duplique en los últimos cinco años. De hecho, la cosecha es tan valiosa que ha surgido un nuevo tipo de ladrón.
Los llamados “robalmendras” se han estado llevando el producto en camiones de carga, provocando una merma considerable en las ganancias de los productores.
Un camión cargado de almendras puede valer más de US$160.000 lo cual es un blanco tentador para el ladrón oportunista.
Aunque la industria ha padecido el problema durante años, en meses recientes ha habido un incremento en los robos.
La industria ha contraatacado incrementando la vigilancia de los trabajadores en los cultivos. Durante el año pasado se pusieron en práctica nuevos controles para asegurar que las cargas recién procesadas no se pierdan.
“Tomamos las huellas digitales y fotografÃas de los choferes, tomamos fotos de su licencia, fotos del camión, documentamos la carga de muchas más formas de las que estábamos acostumbrados. Esto ha erosionado el factor de confianza y creo que es un poco triste” afirma Phippen.
También se ha creado una comunidad en internet para poder propagar información rápidamente cuando los robalmendras están en la zona.
Las autoridades locales han tenido éxito en el rastreo y detención de muchos de los ladrones.
En un caso reciente un hombre fue encarcelado por un año tras admitir su responsabilidad en el intento de robo de casi 20 toneladas de almendras.
Pero el robo de las cosechas no es el mayor problema que enfrenta la industria.
Una amenaza más grace es la creciente escasez de agua en California. El estado sufre su mayor sequÃa desde que comenzaron los registros hace un siglo. Ha habido muy poca lluvia en los pasados tres años y los niveles de las reservas han descendido.
“Están en el nivel más bajo que probablemente he visto en mi vida para esta época del año” dice Phippen.
“La pregunta es si podremos sobrevivir un cuarto año de sequÃa y la respuesta es que no lo sé. No lo he experimentado y no sabemos lo que nos deparará la madre naturaleza entre hoy y ese futuro”.
En cuanto al precio, no hay indicios de que los frutos secos se conviertan en una alternativa más barata en un futuro cercano. La demanda está creciente pero los abastecimientos son limitados y la sequÃa podrÃa provocar otro aumento en el corto plazo.
“Realmente es un asunto de abastecimiento y demanda” dice Talbot.
“Comparados con otros productos (los frutos secos) son más caros que las papas fritas y más caros que los pretzels. La gente está dispuesta a pagar un poco más porque tienen un mayor nivel nutricional. Asà se percibe el valor del producto”.