drag_handle

El vino en los tiempos de Jesucristo, una historia de más de 2 mil años

Por Animal Gourmet

La celebración de la Navidad es sin duda una de las festividades más importantes del mundo occidental y por supuesto de México. En ella se conmemora el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre, aunque la fecha exacta de este acontecimiento bíblico aún no se ha determinado, diversos estudiosos defienden la teoría de que se haya asignado este día en particular porque coincide con la antigua celebración romana del dios Sol en el solsticio de invierno.

Son centenares las investigaciones realizadas en torno a las prácticas religiosas y culturales que se han llevado a cabo para poder situarnos 2 mil años atrás y desentrañar como era la vida en los días del profeta, desde cómo vestían y vivían hasta qué se comía en esa remota época, pero… alguna vez se ha preguntado usted ¿qué tipo de vino se bebía en tiempos de Jesucristo?

La respuesta es: muchos tipos… Por lo pronto, la “bodega de vino” más antigua de la historia, encontrada en 2011 en una cueva de Armenia, tiene 6 mil100 años de edad. Y si bien el vino ha evolucionado desde entonces, a lo largo de la historia ya ha tenido grandes momentos.

Uno de los más importantes fue en el año 121 a.C. cuya cosecha logró fama legendaria conociéndose como “cosecha opimia” gracias al cónsul de la época Lucio Opimio, con quien inicia la edad de oro del vino de la Antigua Roma. Dichos vinos lograron tan alta calidad, que algunos de ellos se seguían bebiendo aún 100 años después.

En cuanto a estilo, el vino blanco dulce era el más apreciado aunque también los había rosados y tintos que, por su alto contenido alcohólico, a menudo se diluían con agua, y se condimentaban con hierbas y especias.

Ya en aquellos días, el Imperio Romano —que democratizó el consumo del vino llegando a beber hasta medio litro diario por cada hombre, mujer y niño— clasificaba claramente tipos de uva, edad y proceso de los caldos, contando con ejemplares de la región que hoy comprende Italia, pero también de lugares como de España y Francia.

Antes de la devastadora erupción del Vesubio, en el 79 d.C., Pompeya era el centro vinícola más importante del imperio y de ahí se surtían vinos a todos los asentamientos exteriores y provincias alrededor del Mediterráneo.

En cuanto a los judíos, estaba aceptado el consumo cotidiano y llegó a convertirse en un elemento importante para la religión que continúa hasta nuestros días. Sin embargo, los excesos romanos eran vistos de forma negativa.