La dieta cetogénica o keto se puso en el foco de todo el mundo gracias a un estudio publicado en la revista The Lancet Neurology en el cual un grupo de niños con crisis convulsivas disminuyeron sus ataques gracias a una dieta alta en grasas y proteínas y baja en carbohidratos.
Los interesados pronto asociaron esta dieta con el hecho de bajar de peso de una manera eficaz.
La dieta keto (por su nombre en inglés ‘ketogenic’) “hace que el cuerpo libere cetonas en el torrente sanguíneo“, de acuerdo con Marcelo Campos, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.
Lo que sucede en tu cuerpo con la cetosis es que por la ausencia de carbohidratos en tu alimentación, el organismo comienza a descomponer las grasas para generar energía inmediata.
Para que esto suceda, las proteínas son clave, pues químicamente permiten este cambio.
Sin embargo, la dieta cetogénica no es apta para todos.
Las personas con problemas renales o cardiovasculares deben de consultar con un especialista.
Si tienes problemas con tus niveles de azúcar te recomendamos que mejor lo platiques con tu nutriólogo.
Al ser una dieta en que se lleva al cuerpo a un estado de austeridad, no se recomienda hacerlo por periodos largos de tiempo.
Acuérdate que nos importan mucho las grasas y las proteínas en este régimen. Por eso, los ketos optan por comer pescados, mariscos, carne, queso, huevo y verduras.
Aunque son importantes no debemos saturarnos de proteínas ya que, por un proceso llamado glucogénesis, se transforman en glucosa.
Esto último es el motivo por el cual la gente propensa a padecer diabetes no es la más apta para someterse a la cetosis.
Hablando de embutidos hay que tener cuidado porque algunos tienen carbohidratos añadidos en su producción.
Te recomendamos siempre leer las etiquetas de los productos que compras para que tu esfuerzo valga la pena.
Todos los pescados y mariscos son buenos para la dieta cetogénica y podemos decir que el rey es el salmón, aunque los blancos son una opción rica y accesible. Prepararlos al ajillo, al limón o a la plancha son buenas alternativas.
Puedes comer huevo con moderación, tampoco exageres.
Aquí viene lo interesante: las grasas. Ellas serán el punto clave de la dieta keto y hay que saber elegir cuáles consumir.
Opta por las naturales, y si son vegetales, todavía mejor. Busca aceite de coco o de oliva; se permiten mantecas animales pero con moderación.
En cuanto a las verduras y frutas elige siempre las que crecen en la superficie, es decir, las hortalizas.
Las que crecen bajo la tierra -como la papa o el betabel- tienen mayor cantidad de carbohidratos, así que no están incluidos en la dieta.
¿Cuáles son las que debes consumir? Espinaca, lechuga, aguacate, espárragos, aceitunas, pepino, tomate, calabaza, berenjena, col, brócoli, coliflor, ejotes, etcétera.
Hablando de los lácteos son una buena opción cuando los consumimos en forma de quesos o yogurt sin endulzar.
Evita que sean light porque les añaden edulcorantes sintéticos que además de tener un sabor horrible no son nada buenos para tu cuerpo.
La leche no es muy buena idea, ya que es alta en azúcares. Tal vez un americano cortado con un poco de leche descremada sí, pero un latte o café con leche ya es demasiado.
En el tema de los frutos secos hay tres que pueden ser muy buenos en la dieta keto: las nueces de Brasil, macadamia y nuez pecana.
Otro aperitivo que puedes darte el permiso de vez en cuando es el chocolate con más de 70% de cacao, los demás NO.
Puedes tomar agua, café, té y en menor cantidad vino.
¿En dónde quedan las frutitas? Lamentamos decirte que la mayoría tiene una alta concentración de carbohidratos.
Si te mueres del antojo por algo dulce te sugerimos frambuesas, moras y fresas; los arándanos mejor quítalos de tu vista un buen rato.
Hay quien dice que las frutas son los caramelos de la naturaleza; haciendo caso a la dieta keto, igual que los dulces, tendremos que dejarlas para cuando seamos flacos.
Las que hay que evitar son principalmente el plátano, las uvas, el mango, manzanas, pera y piña.
Una mala noticia es que en el tiempo que estés bajo este régimen no podrás disfrutar de una buena chelita o los cocteles que tanto te gustan.
Las bebidas alcohólicas tienen muchos carbohidratos, igual que los jugos, refrescos y bebidas rehidratantes. Sí, una verdadera tristeza.
La cetosis es enemiga de los carbohidratos complejos, es decir, todo lo que tenga almidón. Evita la pasta, arroz, maíz, frijoles, lentejas y papas.
Todo valdrá la pena si estás supervisado por un profesional.
Oye, pero estar en la dieta cetogénica no quiere decir que tengamos que comer feo. Así que te tenemos algunas recomendaciones para que, junto a las instrucciones de tu nutriólogo, lo pases bien y estrenes cuerpazo pronto.