drag_handle

Microgranjas de pollo orgánico: por qué conviene poner atención a la calidad

Por Paloma García Castillejos

Hay muchos motivos para consumir pollo orgánico; la apicultura se ha convertido en una de las industrias alimentarias más controversiales por  la cantidad de hormonas y aditivos que se utilizan. Milpa Criolla identificó cómo mejorar la calidad de la carne sin poner en riesgo la salud de los consumidores y ofrecer mejores productos.

Este es un proyecto que nació con la intención de ser una granja de autoconsumo de su dueño, Héctor de la Fuente. La vida lo fue llevando a crecer el sueño hasta convertirlo en una serie de microgranjas especializadas en pollo orgánico.

Es bien sabido que las granjas de pollo regulares no son lugares donde se tengan las mejores prácticas. Estas áreas de oportunidad en la industria se han traducido en consecuencias que preocupan a la salud humana. 

Aunque las leyes han trabajado por regular a medida de lo posible las hormonas y condiciones de los animales en pie, queda mucho trabajo por hacer.

Te puede interesar:

Ganadería Regenerativa o la forma de producir carne más sustentable

¿Qué es el pollo de campiña?

Por qué el pollo orgánico importa

No sirve de nada tener animales con el peso ideal, características organolépticas aceptables y cualidades visuales excepcionales si al comerlo existe el riesgo de contraer alguna enfermedad.

El pollo es ese ingrediente con el que hay que tener un cuidado especial: comerlo en crudo es potencialmente peligroso y la alimentación en vida del animal es crucial para tener carne de calidad.

Una granja que trabaja para darle un sentido integral y regenerativo a la producción de pollo

Uno de los sueños de Héctor de la Fuente era comer alimentos que él mismo produjera. Por este motivo se trasladó a Tabasco, donde tenía un terreno en el que decidió criar sus propios pollos. 

De la Fuente, quien fuera después fundador de Milpa Criolla, pasó de criar 10 pollos para autoconsumo hasta tener un negocio en forma que sistematiza la operación de microgranjas orgánicas.

Se trata de un negocio donde todas las partes del ciclo del pollo están cuidadas; además de ser animales de libre pastoreo, no se crían con hormonas ni antibióticos y se alimentan con maíz cultivado en el sitio.

“Empezamos hace año y medio en respuesta a las pocas opciones que hay en el mercado de comida sana a bajo costo, lo que hizo que yo comenzara a criar mis propias gallinas.

Héctor de la Fuente

Aprendiendo de los mejores

Milpa Criolla pollo orgánico 1
Construyendo la granja de pollos junto a la milpa. Foto: Cortesía Ethos.

Iniciar un proyecto de apicultura tiene sus bemoles. En el intento de hacer una cadena productiva en Milpa Criolla, la primera tanda de pollos comenzaron a morirse repentinamente.

En ese momento recurrieron a la comunidad para comprar los que tenían las señoras que también criaban. De ahí le surgió la pregunta: ‘¿por qué ellas pueden y yo no?’ 

Con base en la experiencia de las mujeres, se vislumbraron los primeros efectos de una crianza responsable y respetuosa; el primer secreto era darle libertad a los pollos y ese mecanismo funcionó.

Con base en eso, la idea de crecer la granja apoyado por la comunidad era el siguiente paso. 

“Nos pusimos de acuerdo con la comunidad y decidimos empezar un proyecto en el que nosotros les damos las instalaciones, los pollitos, la alimentación, la supervisión y la capacitación. A cambio de eso, de su parte es la crianza y el cuidado de los pollos. En caso de pérdidas yo las absorbo, y si hay ganancias, son de todos”.

Actualmente, Milpa Criolla tiene 40 mujeres productoras criando alrededor de 100 pollitos en sus traspatios.

Pollo bueno a precio justo

Aunque el pollo de Milpa Criolla no tiene sello de producto orgánico, los procesos, por convicción de Héctor, son completamente limpios. 

El fundador explica que los requerimientos de salubridad a nivel industrial no son los mismos que los de la producción del campo; a pesar de tener estándares de higiene propios y confiables que se transmiten a través de generaciones, estas diferencias podrían ser un obstáculo para su negocio en un futuro.

El propósito de tener microgranjas de crianza respetuosa para pollo orgánico es lograr un impacto social y ambiental positivo a través de la producción. También se trata de mejorar la calidad de vida a través de la venta de alimentos sanos a un precio justo. 

Una de las preocupaciones de Héctor es que las opciones que hay en el mercado de pollo orgánico son sumamente caras. La idea es ofrecer precios justos tanto para el productor como para el consumidor; dejar de pensar que el producto local es sólo moda y lujo.

A los productores del maíz con el que se alimentan los pollos también les va mejor con este sistema de crianza. Se paga mejor al maíz orgánico y endémico que al proveniente de semillas híbridas o modificadas. Se trata de que todos ganen.

“También nosotros sembramos maíz y hacemos composta. Gran parte de la dieta de los pollos es de maíz germinado; se multiplica el volumen y es rico en proteínas y aminoácidos”.

La difusión del buen pollo

Como todo negocio, la idea de Milpa Criolla es crecer y expandirse de forma organizada y bien estructurada.

Héctor cuenta que las ventas no van mal, pero los gastos siguen siendo altos. El siguiente paso es contratar un despacho de marketing; a partir de ahí, realizar investigaciones para hacer más productos de pollo y no desperdiciar nada.

Otra idea es lanzar un food truck donde se regalarán las partes del pollo que generalmente no se compran de manera masiva. También piensan en sumar a restaurantes que quieran aportar verduras para hacer platillos a la gente en situación de calle”.

Milpa Criolla

Página Web: https://www.milpacriolla.com/

Facebook: Milpa Criolla

Teléfono: (993) 258 63 12

Parte de este texto forma parte de la publicación ¿Cómo transformar los sistemas alimentarios? 23 casos de inspiración y propuestas para mejorar lo que comemos. Esta es una publicación de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas y Proyecto La Guajolota, disponible en ethos.org.mx