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Los azúcares son el principal nutrimento de las frutas; aunque la cantidad depende del tipo de fruta, de su estado de maduración y de los procesos por los que puede pasar (como deshidratación o conservación). La fruta enlatada y la fruta deshidratada, por ejemplo, tienen una cantidad considerablemente más alta que las frutas frescas y, a través de un estudio publicado en la más reciente edición de la Revista del consumidor, la Profeco nos advierte sobre su consumo.
Fruta enlatada, en almíbar y deshidratada: Profeco advierte sobre su consumo
Para este estudio se analizaron 46 productos (de fruta enlatada, en almíbar y deshidratada) y se midió la cantidad de azúcar –natural y añadida– el contenido de agua, los carbohidratos y el contenido energético de cada uno de ellos.
La publicación hace énfasis en que los principales componentes de las frutas son agua y azúcares; pero la cantidad de azúcares depende de la fruta y su estado de maduración; aunque también de la cantidad de agua presente en la fruta. Es decir que cuando las frutas pasan por procesos que alteran su cantidad de agua, el contenido de azúcares también cambia. Así que:
- Si se disminuye la cantidad de azúcar (es decir que la fruta se deshidrate), los azúcares se concentran.
- Si se aumenta el agua (es decir que se diluya), los azúcares disminuyen.
Esto explica por qué los procesos de conservación de las frutas, como deshidratarlas, enlatarlas o mantenerlas en conserva, modifican las cantidades de azúcares (y por lo tanto los aportes calóricos).
En el caso de la fruta enlatada o en almíbar
Al tener un jarabe (almíbar) como conservador, por lo general tienen azúcares añadidos y, por ende, un elevado contenido calórico. Por ejemplo, en el estudio de Profeco se evaluó cuánta azúcar añadida tiene cada producto y es de alrededor de 14 gramos por cada 100 gramos de fruta. Entonces, de un total de 19 gramos de azúcares, 5 son los azúcares naturales de la fruta y 14 son añadidos. El estudio evaluó estas frutas enlatadas: piña, manzana, durazno y mango.
En el caso de las frutas deshidratadas
Al eliminar el agua, todos los nutrimentos se concentran. Por ejemplo, por cada 100 gramos de fruta, 70 son de azúcares. Además, Profeco detectó algunos productos que, además de la alta concentración de azúcares en la fruta deshidratada, también tienen azúcares añadidos. Por eso, advierte que moderemos el consumo de frutas deshidratadas, ya que “al ocupar menos volumen se tiende a consumir más de las que se deberían y, en consecuencia, la ingesta de calorías, carbohidratos y azúcares es elevada”.
Resultados
“Si la fruta ya contiene azúcares, considera que, cuando se procesa, de alguna manera, estos aumentan”, advierte Profeco. Por ejemplo: en 100 gramos de mango fresco hay 18 gramos de azúcar; en 100 gramos de mango en almíbar hay 22.2 gramos de azúcar y en 100 gramos de mango deshidratado hay 82.8 gramos de azúcar. La diferencia es considerable.
Cabe recordar que la OMS recomienda no consumir más de 25 gramos de azúcares al día. Esto no significa que no compres fruta enlatada o deshidratada, sino que revises las etiquetas (¡siempre léelas!) y que consumas con moderación.
Además, la publicación de la Revista del consumidor también muestra qué productos de qué marcas contienen menos contenido del declarado, cuáles contienen edulcorantes que no anuncian en su etiqueta, y cuáles son las frutas deshidratadas que contienen azúcares añadidos no declarados en la etiqueta. Con esta información, puedes hacer mejores decisiones a la hora de comprar fruta enlatada o deshidratada.
¿En qué prestar atención al comprar fruta enlatada?
La asociación Estadounidense de Diabetes recomienda comprar fruta enlatada o en almíbar sin azúcar o sin azúcar añadida. De igual manera asegúrate que sean elaboradas con jugo 100% natural, agua o agua de coco para evitar saborizantes o conservadores extras.
Además de los ya conocidos sellos blanco y negro en los productos del mercado, ahora podrías prestar más atención la lista de ingredientes y azúcares que se muestran en las frutas en almíbar.
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