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Postres con lavanda: identifica si tu planta es comestible y prepara un jarabe casero

Por Ameyalli Roskaritz

Nos hemos vuelto fans intensos de los postres con lavanda. En helados, limonadas, hasta para infusionar cafés. Pero replicar estas recetas no es tan fácil ni tan seguro como salir y cortar las flores de lavanda que tenemos en nuestro jardín. ¡Aquí va una realidad que quizás no sabías! Si intentas usar la lavanda de tu casa para preparar un postre, terminarás  con algo que se parece más a un detergente que a un dulce. Y es que no todas las plantas de lavanda son comestibles.

Así que, antes de que decidas preparar algún postre con lavanda, te contaremos cómo identificar una planta de lavanda comestible y segura para que experimentes en la cocina.

Esta es la razón por la que nos encanta agregar lavanda a todo

Esta es la razón por la que nos encanta agregar lavanda a todo

Foto: Shutterstock

La lavanda, conocida científicamente como Lavandula, es una planta aromática que va mucho más allá de su encanto en jardines. Originaria del Mediterráneo, esta planta perenne no solo deleita con su aroma distintivo, sino que también alberga propiedades medicinales muy valoradas (es relajante, antiinflamatoria, antibacteriana, y ayuda a reducir los dolores de cabeza)

Más allá de los tradicionales aceites esenciales y la aromaterapia, la lavanda también puede ser un ingrediente sorprendente en la cocina. Incorporarla en alimentos añade un toque único y, al mismo tiempo, brinda algunos beneficios:

  1. Aromatizante Natural: Utiliza flores de lavanda para aromatizar tus platos, desde postres hasta platos salados. Su sabor floral puede transformar tus recetas habituales.
  2. Infusiones Relajantes: Añade flores de lavanda a tus infusiones y disfruta de una bebida relajante antes de dormir.
  3. Maridaje en Postres: Desde helados hasta galletas, la lavanda puede realzar el sabor de tus postres favoritos.

Hay muchos tipos de lavanda, la más común no es comestible

Si tienes alguna maceta o jardinera con lavandas en tu casa, lo más probable es que se trate de la variante francesa (conocida como Lavandula dentata). Tiene flores delgaditas y coloridas. Tiene un aroma intenso, por lo que suele ser utilizada para extraer aceites esenciales perfectos para la aromaterapia. Además, ese mismo aroma sirve como un repelente natural de insectos, que mantendrá tu jardín libre de visitas indeseadas.

Lavanda francesa

La lavanda francesa es la que podemos encontrar más fácil (al menos aquí, en México) Esta no nos sirve para cocinar.

Sin embargo, esto no nos servirá a la hora de hacer alguna preparación con lavanda.

¿Cuál es la lavanda que sí es comestible?

Existen dos tipos de lavandas que se pueden utilizar para cocinar, perfectas también para infusionar licores, preparar té, añadirla a mermeladas o aromatizar glaseados.

Estas variantes son:

Lavanda Inglesa

Lavanda inglesa

Foto: Shuttestock

Esta es la variante preferida para usar en la cocina. La identificarás porque la flor es un poco más grande, más larga y en forma de espiga, con tallos leñosos, hojas grises y con flores de un color más opaco, ligeramente más azulado. Se trata de la variante inglesa, (Lavandula angustifolia). 

Lavandín

Lavandín

Foto: Shutterstock

Esta planta es un híbrido entre la lavanda y espliego. Muy parecida a la lavanda común, pero sus espigas son mucho más largas y de un violeta más intenso. Los tallos tienen forma de tridente o de un tenedor. Es fresco, muy intenso y con tonos herbáceos.

Una vez que ya tengas identificada tu lavanda comestible, puedes sentirte seguro de cortarla y utilizarla para tus platillos.

Preparando Lavanda para Cocinar: paso a paso

Preparar lavanda para cocinar deshidratar

Foto: Shutterstock

Si te preguntas cómo limpiar, desinfectar y secar esta maravillosa planta para incorporarla a tus recetas, aquí te dejamos un paso a paso sencillo:

  1. Elige un día soleado para recolectar tu lavanda. Opta por cortar las flores en la mañana, cuando el rocío se ha evaporado pero antes de que el sol esté en su punto más alto. Utiliza tijeras de podar para cortar los tallos, dejando suficiente longitud para manipularlas fácilmente.
  2. Enjuaga suavemente las flores de lavanda bajo agua corriente para eliminar posibles impurezas y restos de polvo. Hazlo con cuidado para no dañar las flores.
  3. Llena un recipiente con agua y añade una pequeña cantidad de vinagre blanco. Sumerge las flores en esta solución durante unos minutos. El vinagre actuará como desinfectante natural, asegurándote de que estén listas para su uso culinario.
  4. Después de desinfectar, sécalas suavemente con papel de cocina para eliminar el exceso de agua. Luego, extiende las flores en una sola capa sobre toallas o papel absorbente. Deja que se sequen al aire en un lugar cálido y ventilado. Este proceso conservará el aroma fresco de la lavanda.
  5. Una vez que estén completamente secas, retira las flores de los tallos y guárdalas en un frasco hermético en un lugar fresco y oscuro. De esta manera, podrás disfrutar de la lavanda en tus recetas durante mucho tiempo.

Ahora, con tu lavanda limpia, desinfectada y seca, estás listo para darle un toque aromático a tus creaciones culinarias. Desde infusiones relajantes hasta deliciosos postres, ¡la lavanda está lista para ser la estrella de tu cocina!

Cómo hacer un jarabe de lavanda casero

Ahora te dejaremos una receta con la que puedes preparar un jarabe de lavanda para que incluyas en tus bebidas, como cocteles, café y uno que otro postre.

Cómo hacer jarabe de lavanda casero

Este jarabe de lavanda lo puedes usar para bebidas y postres / Foto: Shutterstock

Ingredientes:

  • 400 g de azúcar (2 tazas)
  • 250 ml de agua (1 taza)
  • 5 g de flores de lavanda secas (aproximadamente 2 cucharadas)

Procedimiento:

  1. En una cacerola, lleva a fuego medio el agua y el azúcar. Remueve constantemente hasta que el azúcar se disuelva por completo. Este es el punto de partida para nuestro delicioso jarabe.
  2. Agrega las flores de lavanda secas al agua azucarada. Mezcla con una cuchara hasta que las flores se humedezcan completamente y deja que la mezcla alcance el punto de ebullición. Tan pronto como comience a hervir, apaga el fuego inmediatamente.
  3. Deja que la infusión repose hasta que alcance la temperatura ambiente. Este tiempo de reposo permite que la lavanda transfiera sus sabores únicos al jarabe.
  4. Utilizando un tamiz fino, cuela las flores de lavanda del jarabe. Este paso asegura que tu jarabe esté suave y libre de sólidos.
  5. Vierte el jarabe de lavanda en frascos o botellas de vidrio herméticas. Almacenados en un lugar fresco y oscuro, los frascos se convertirán en pequeños tesoros aromáticos listos para usar en tus creaciones culinarias.

¡Y voilà! Ahora tienes un jarabe de lavanda casero que puede ser la estrella en tus cócteles, postres o incluso en tus bebidas refrescantes. Disfruta de esta explosión de sabor floral en cada gota.