La cerveza añejada en barricas es un estilo cada vez más popular en el sector artesanal, cada día son más las cervecerías que se atreven a la producción de esta cerveza tan compleja y llena de matices.
Aunque muchas se añejan en barricas nuevas, muchas otras utilizan barricas en las que se ha añejado algo más, por ejemplo: whisky, vino, coñac o ron. Además, el interior de estas barricas se tuesta para acentuar aún más las propiedades de la madera.
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Como resultado de este proceso, la cerveza adquiere un carácter, aroma y sabor únicos de la madera, notas ahumadas, vainilla y caramelo, además de los matices de las bebidas que previamente contenían las barricas.
Normalmente, para hacer este estilo de cervezas se eligen cervezas “oscuras” y con contenido alcohólico alto, siendo 7% el punto de partida.
Hasta aquí todo suena muy bien. Sin embargo, añejar cerveza es costoso, requiere de mucho tiempo de experimentación porque implica mucho ensayo y error, y de mucho espacio para almacenar las barricas.
Además, en ocasiones las barricas pueden añadir sabores indeseables a la cerveza, o ciertas levaduras pueden crecer en la misma madera y arruinar su sabor, claro todo esto en el peor de los casos.
Hoy, sin embargo, la cerveza añejada en barril está volviendo y es una gran apuesta. Simplemente no hay manera de estar seguros de cómo resultará, y todo un lote podría desperdiciarse fácilmente. ¿Valdrá la pena?
Este texto es original de La Buena Cheve, un blog especializado en cerveza. Consulta aquí este y otros contenidos.