Una modificación a la regulación vigente, aprobada por la Unión Europea y apoyada por el gobierno canadiense, aprobada la semana pasada, permitirá dentro de poco tiempo la venta de carne de foca —producto de la caza de las comunidades inuit— en Europa.
La propuesta —que invalida la prohibición a la importación de carne, así como la grasa, pieles y aceites derivados de la foca— se da tras un acuerdo entre Canadá y la UE anunciado en octubre de 2014. Dicho pacto asegura la venta en Europa de bienes producidos a partir de la caza de focas por la población indígena canadiense.
La enmienda a la regulación EC 1007/2009 (haz clic para leer la enmienda de 2015) señala que la colocación en el mercado de productos derivados de la foca será permitida siempre y cuando sea el resultado de la caza hecha por los inuit y otras comunidades indígenas bajo algunas condiciones:
La importación de productos derivados de la foca será permitida cuando el carácter de los bienes sea de uso personal, para los viajeros o sus familias, y que su naturaleza y cantidad no indiquen que se realiza por motivos comerciales.
El mismo documento señala que la cacería de focas es parte integral de la cultura e identidad de los inuit y otras comunidades indígenas y contribuye a su subsistencia. Por tanto, señala la regulación de la UE, no está sujeta a las mismas implicaciones morales que la caza con fines comerciales.
La disputa se remonta seis años atrás, cuando la Unión Europea decidió prohibir la importación de la carne mediante la regulación EC 1007/2009 (haz clic para leer el documento original publicado en 2009) alegando razones de moral pública. Sin embargo, el gobierno de Canadá, de Noruega y representantes de las comunidades inuit apelaron la decisión ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) con el argumento de que la medida violaba las leyes comerciales internacionales.
La foca es uno de los principales alimentos de la dieta de los inuit —un grupo de comunidades indígenas establecidas en el norte de América, en las regiones árticas de Estados Unidos, Canadá y Groenlandia— y su caza se realiza durante todo el año para aprovechar tanto la carne como su piel y grasa.
De acuerdo con el estudio realizado por la antropóloga Kristen Borré, los inuit creen que entre ellos y las focas existe un acuerdo en el que al cazador se le permite capturar y alimentarse de ellas solamente a causa del hambre de la familia del cazador. Así, con el sacrificio de la foca para ser sustento del pueblo Inuit, la foca pasa a ser parte de sus cuerpos.
La dieta de estas comunidades incluye también la carne de morsa, pescado, ballena y mamíferos terrestres como el caribú mismas que se consumen crudas o congeladas. De igual forma se caracteriza por ser baja en carbohidratos y alta en grasas y proteína animal, que supone su principal fuente energía.
Las vitaminas y minerales de su dieta provienen también de los alimentos de origen animal (aceites e hígados de pescados y mamíferos, piel de ballena y cerebro de foca) que de otra forma no podrían obtener de fuentes vegetales, pues el clima polar es inadecuado para la agricultura.
Con información de Nunatsiaq Online