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#GallinitaSugerente Amaya, comida rica y vinos raros

Por Mariana Toledano

No cabe duda que la zona comienza a pintar como una de tendencia, de buenos tragos y buena cocina, y ahora la Juárez, colonia tradicional y hasta pasada de moda en la Ciudad de México, compite, o competirá con otros barrios similares en el mundo, y recibe a Amaya con bombo y platillo.

Amaya no podía ser más que el resultado de su creador, Jair Téllez con los restaurantes Laja en el Valle de Guadalupe, Baja California, y Merotoro en CDMX, quien es un estupendo cocinero que apuesta esta vez por platillos que consienten, de aplauso, y, siendo la simpleza el mejor de los adjetivos, Amaya y su cocina son, ambos, sencillos.

Buena coctelería y mucho mezcal, la zona atrae a un comensal que gusta de lo bueno, y a otros sectores del ámbito cultural formando un ambiente relajado y muy agradable.

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En Amaya la comida es garantía. // Foto: Paul Brauns

La carta está diseñada -o al menos así nos parece- para probar un poco de todo, desde un bacalao con un rebozado fino y perfecto y un alioli de sueño, hasta un guisado de alubias y almejas, uno de cordero, todo acompañado de buen pan y buen vino.

Téllez es ahora no sólo un cocinero que impulsó la zona de Baja California con paciencia y éxito, sino un vitivinicultor -viene de familia-, que hoy en varias zonas de aquél estado productor de buenos caldos, produce los hoy muy, muy atractivos vinos naturales, y, la presencia de la familia Bichi -entre muchos otros- en Amaya no es la excepción. Vinos raros dicen los dueños de Amaya, y atinados también pues hoy son un éxito.

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Amaya tiene una gran selección de vinos. // Foto: Mariana Toledano

El servicio de Amaya es amable, afable y hasta cariñoso. Las porciones generosas, propias de una noche de copas en la zona o de una buena comida de fin de semana en donde no falta un aplauso por el ya tradicional y muy solicitado postre de profiteroles con chocolate.

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Los postres de Amaya son maravillosos. // Foto: Paul Brauns

La tártara de res con sardina y mayonesa de alcaparra está de ensueño, el revuelto de porcini -tierno como marca la ley-, buenísimo y prueben el escabeche de callo de hacha, bien, bien hecho.

Todas las mesas están bien ubicadas y en plan barra, nos gusta las sillas altas que asoman hacia la ventana y que auguran conversación agradable, con una copa de vino natural -no natural o gin tonic-, y una cocina que vuelve a recordarnos lo maravilloso cocinero que es Jair Téllez. A Amaya hay que ir ya, es un gran acierto.

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Las mesas de Amaya ofrecen buenos momentos. // Foto: Mariana Toledano

Amaya

Dirección: Calle General Prim #95, Col. Juárez
Sitio web: www.amayamexico.com
Facebook: Restaurante AMAYA
Twitter: @amayamexico