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Bárbaro Asador: una parada imperdible en la México - Querétaro

Por Paloma García Castillejos

No solo se trata de un restaurante más para ir a comer, sino que es un paseo completo. En la periferia de Bárbaro Asador hay un huerto orgánico del que salen sus vegetales, un viñedo donde se cosechan las uvas para las etiquetas de María y Bernardo y también un proyecto de destilados nacionales llamado Vinos y Licores Sabrosos de México.

Pero efectivamente, lo mejor de todo es la comida. Después de recorrer cada recoveco del lugar, ver los gallineros y hasta conocer a la oveja Barry y a su amigo el chivo -que apodamos Birria por no saber su nombre- la mesa está servida para una experiencia sin igual.

Bárbaro Asador y sus encantos

De jueves a domingo abren las puertas de un restaurante al aire libre que no se asemeja a nada de lo que hay a su alrededor. Cualquiera que pare por ahí -ya sea de paso o porque queda cerca de la Ruta del Vino y el Queso- encontrará un lugar con personalidad propia y muchas promesas de ser algo grandioso.

El chef se llama Emiliano Ayala y ya lo conocíamos del restaurante Planta Alta en la fábrica de cerveza artesanal Hércules. Junto con el jefe de barra Luis Flores y todo el equipo de cocina y sala, construyen, de jueves a domingo, un lugar al que es fácil llegar pero es difícil querer irse.

Para asistir hay que hacer una reservación previa y la primera recomendación es que sea a la hora de la comida para aprovechar el paisaje maravilloso que ofrece el lugar. Lo segundo que hay que hacer es pedir terraza y dejarse sorprender a la llegada.

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Los agaves del huerto de Bárbaro Asador. // Foto: Paloma García Castillejos

La entrada a Bárbaro Asador es un camino en madera que bordea el huerto orgánico del que vienen todos los ingredientes que después se ponen al plato. Apios, lechugas, hoja santa, maíz, hierbas de olor, rábanos y acelgas llenan el paisaje gastronómico en el que también están doñas Bárbaras, las gallinas que ponen el huevo de todos los días.

En el camino, el asador de los domingos con un hoyo para la barbacoa de borrego y un fogón de humo.

La cocina de lumbre de Bárbaro Asador. // Foto: Paloma García Castillejos

Al llegar a la mesa lo más sensato será pedir un coctelito para iniciar. Cuando hay calor, Luis Flores diseñará algo fresco para hidratarse y abrir el apetito; cuando el aire es más bien frío y constante, también hay mixología caliente que vale la pena probar como el Ponchito Pérez: una infusión de lemongrass, maracuyá y mezcal espadín.

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Ponchito Pérez, parte de la coctelería de Bárbaro Asador. // Foto: Paloma García Castillejos

A lo que te truje, chencha: la comida

Aquí se puede pedir a la carta o bien, ponerse en manos del chef para un menú de seis tiempos con los mejores platillos de la temporada de Bárbaro Asador. Es una buena opción para conocer pero otro tip es darle un vistazo a la carta antes de tomar la decisión. Nosotros optamos por lo segundo.

Abren par de ases los vegetales asados con mantequilla de hinojo y queso añejo. Aquí todos los ingredientes tienen un sabor más intenso -por ser cultivados in situ y así controlar todas las condiciones del huerto- y el equipo de cocina tiene la experiencia suficiente como para ponerlos aún más guapos.

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Vegetales asados. // Foto: Paloma García Castillejos

Otra buena opción es la burrata con calabaza de castilla, salsa macha, puré de espinaca y pimientos fermentados. La frescura y cremosidad del queso hace un efecto untuoso -y mágico- desde el primer bocado.

La encrucijada de los platos fuertes

Algo hay que decir: es un verdadero problema elegir lo que sigue aunque, si vas acompañado, lo mejor será lograr buenas negociaciones para compartirlo todo. No dejes pasar el arroz con estofado de res y vino tinto que nada más de verlo en la carta hace que cualquiera comience a salivar.

Arroz con estofado de res y vino tinto. // Foto: Paloma García Castillejos

Aunque parezca una capita quemada, lo de hasta abajo del sartén llamado popularmente socarrat será lo más rico. No pierdas la oportunidad de tener ese arrocito crujiente del fondo con todos los sabores del plato para terminar este homenaje a la cocina. Este tip es tan bueno que lo recomienda incluso el chef Emiliano, a quien verás merodeando por las mesas viendo que todo esté bien.

Otra opción carnívora son las costillas de cerdo laqueadas. En contraste con otras recetas, aquí utilizan una salsa de maracuyá para glasear y así aportar sabores dulces y ácidos a la versatilidad de la carne. Vienen con bastones de polenta y puré de papas.

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Costillitas de cerdo laqueadas con maracuyá. // Foto: Paloma García Castillejos

Para pescados también se pintan solos. Aunque el lema del restaurante es trabajar con producto local y Querétaro no es particularmente un estado con mucho litoral, toda la comida del mar es fresca y viene recién pescada de los mares de Ensenada, Baja California.

Licores, vinos y hasta tienda de souvenirs

Se puede cerrar una buena comida con un carajillo, un postre o algún digestivo que proponga el equipo de sala. Hay una última recomendación para afrontar esa inevitable sensación de saciedad: pasear por el lugar.

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Foto: Paloma García Castillejos

Deja tus cosas y ve a echar ojo al laboratorio de los destilados. Mira con atención las especias y hierbas que utilizan para hacer los espirituosos de aquella mixología fantástica que probaste. Hay tours por todas las instalaciones o también puedes, tú mismo, hacer una expedición por tu cuenta por los lugares permitidos.

Al salir, la tienda de recuerditos está al pie del cañón para que te lleves un pedacito de la experiencia que acabas de vivir.

Bárbaro Asador de Campo

Dirección: Carr. Bernal – Cadereyta Km 2.5, El Marqués,  Querétaro.

Facebook: @barbaroasadordecampo

Instagram: @barbaroasador