Un estudio realizado en Estados Unidos descubrió un beneficio del té que hasta la fecha nadie conocía, pero que de ahora en adelante querrás consumir en tu día a día.
Investigadores de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, descubrieron que ciertos tipos de té pueden reducir la presencia de plomo y otros metales, actuando como un filtro molecular natural frente a metales pesados en el agua potable.
En la investigación publicada en la revista ACS Food Science & Technology quedó asentado que las hojas poseen una arquitectura molecular ideal para capturar iones metálicos como plomo, cromo y cadmio durante la infusión.
A diferencia de investigaciones previas centradas exclusivamente en los compuestos bioactivos liberados en el agua, este estudio revela un sofisticado mecanismo de adsorción donde los contaminantes metálicos quedan atrapados en la matriz estructural de las hojas, como insectos en una telaraña microscópica, rescata el medio Deutsche Welle y The Guardian.
Las hojas de té funcionan como telarañas moleculares, capturando metales pesados como el plomo y el cadmio/ Foto: Shutterstock
Los investigadores documentaron que una sola taza de té negro infusionada durante cinco minutos logra eliminar el 15 % de los iones de plomo presentes en el agua potable.
El equipo de investigadores realizó múltiples experimentos controlados, preparando té con distintos lotes de agua que contenían concentraciones conocidas de iones metálicos. Los científicos midieron luego las concentraciones antes y después de la infusión para cuantificar con precisión el efecto purificador.
Té negro contra el plomo: 15 % menos en solo cinco minutos/ Foto: Shutterstock
También se descubrió que no todos los tipos de té ni métodos de preparación resultaron igualmente efectivos. Los tés negro, verde y blanco demostraron mayor capacidad para reducir la concentración de iones de plomo en comparación con los tés de manzanilla, rooibos y oolong. Además, el té molido resultó más eficaz que las hojas enteras.
“Cuando las hojas de té se transforman en té negro, se arrugan y sus poros se abren”, explica Benjamin Shindel, primer autor de la investigación, en un comunicado de la Universidad de Northwestern. “Esas arrugas y poros añaden más superficie. Moler las hojas también aumenta el área de superficie, proporcionando aún más capacidad de unión”, agrega.
El material de las bolsitas también demostró ser un factor relevante. Las bolsas de celulosa vacías redujeron significativamente la concentración de iones de plomo, mientras que las bolsas de algodón y nailon vacías apenas tuvieron efecto.
Según Shindel, la celulosa, un material natural biodegradable fabricado a partir de pulpa de madera, posee mayor superficie y, por tanto, más sitios de adhesión para los iones metálicos. Sin embargo, el factor más determinante fue el tiempo de infusión.
“Cualquier té que se remoje durante más tiempo o que tenga una mayor superficie remediará eficazmente más metales pesados”, afirma Shindel.
Los investigadores observaron que tiempos más prolongados de infusión se correlacionaban directamente con una mayor adsorción de contaminantes.
No todos los tipos de té ni métodos de preparación resultaron igualmente efectivos/ Foto: Shutterstock
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Los expertos advierten que estos hallazgos, aunque prometedores, deben interpretarse con cautela. No sugieren utilizar el té como sustituto de un filtro de agua.
“No estamos sugiriendo que todo el mundo empiece a utilizar hojas de té como filtro de agua”, afirma Vinayak P. Dravid, coautor del estudio y profesor de la Universidad Northwestern.
Los autores del estudio sugieren que estos resultados podrían ayudar a explicar algunos de los beneficios para la salud tradicionalmente asociados al consumo de té.
“Si la población bebiera una taza más de té al día, quizá con el tiempo se reducirían las enfermedades estrechamente relacionadas con la exposición a metales pesados”, sugiere Shindel, añadiendo que esto “podría ayudar a explicar por qué las poblaciones que beben más té pueden tener menores tasas de incidencia de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares”.