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¿Café perfecto en casa? ¡Concedido con estos tips!

Por Animal Gourmet

Es casi imposible no caer rendido ante una taza de café perfecto. Ese que tiene el aroma exacto, el sabor que nos gusta y la temperatura adecuada para ayudarnos a arrancar y ¿por qué no? acompañarnos durante todo el día.

Entre más tomamos nos volvemos más exigentes, sin embargo, existe la falsa creencia de que sólo en las cafeterías de especialidad se pueden encontrar las tazas perfectas.

Te damos 10 tips para que no tengas que gastarte tu quincena en este gustito y puedas hacer magia en tu propia casa.

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Buenos granos hacen al café perfecto

Comencemos por el principio: la materia prima. Para tener un café perfecto a lo que hay que prestarle más atención es a la variedad y procesamiento de los granos que elijas.

Hay dos grandes familias de cafetos en el mundo: la árabiga y la robusta. La primera crece a mayor altitud que la segunda, que se da muy bien en las costas. Esto es relevante porque afecta en la concentración de sabores del grano por el suelo en el que fue cultivada. 

café perfecto

La robusta es la que generalmente se utiliza para el café soluble, por lo que te imaginarás que tiene una calidad un poco más baja. Te recomendamos buscar mezclas que sean 100% arábiga.

Hasta hace muy poco, en México existía la mala costumbre de sobre tostar el café para esconder sus defectos y mitigar un poco la cantidad de cafeína. Hay para todos los paladares, pero si lo que quieres es descubrir aromas y sabores increíbles, lo mejor es que optes por granos en tostado medio.

Los instrumentos

Algo que hace completamente la diferencia en el sabor del café es el tipo de cafetera que utilizas para prepararlo. 

Lo más común es tener las que lo preparan por goteo -es decir, que utilizan un filtro de papel o metal- aunque si le quieres invertir un poco más puedes recurrir a la cafetera italiana o a la máquina de espresso.

Ya no necesitas ir a gastarte la quincena en cafeterías de especialidad para tener el café perfecto. Mira estos tips para hacerlo en casa.

Para entrarle con todo al café fresco y con aromas increíbles, una buena recomendación es comprar los granos enteros e invertir en un molino. De esta forma, no se absorberán olores desagradables y las partículas volátiles estarán ahí en cuanto lo tomes.

Asegúrate de almacenarlo bien. Hay quienes dicen que congelarlo hace que los aromas duren más pero esto es un mito; un recipiente hermético y la oscuridad de tu alacena son suficientes para tener tu café perfecto por más tiempo.

La hora de la verdad: la preparación

El café perfecto es una fórmula muy sencilla que es fácil dominar. Nada está escrito en piedra, puedes ir haciendo adecuaciones conforme a tu gusto.

La teoría italiana establece que para un espresso de una onza se deben utilizar siete gramos de café con un molido fino -aproximadamente una cucharada copeteada- que se infusione en agua caliente aproximadamente 20 segundos. Esto, claro, si cuentas con una máquina.

Café recién molido. // Foto: Paloma García Castillejos

Piensa que entre más grueso sea la molienda, deberá estar más tiempo en contacto con el agua para que se extraiga más sabor y necesitarás más cantidad para evitar la horrible agua de calcetín.

Para cafeteras de goteo se utilizan cafés con molidos más gruesos, aunque si eres de los que no le tiene miedo al insomnio, te recomendamos una molienda más fina para tener mayor concentración de sabores.

Nunca dejes que el café entre en contacto con agua hirviendo porque se quema y no será nada parecido a la perfección que estás buscando.

Los acompañantes

Si eres de los que agregan leche a su café, te recomendamos que esté caliente para que no baje la temperatura. Siempre será un bonus tener un poco de espumita y hay accesorios buenos, bonitos y baratos para cumplir la labor.

¿Te gustan los sabores otoñales? Para la temporada de frío -o en realidad, la que sea- es buena idea agregar algunas de tus especias favoritas. Entre ellas te recomendamos la canela, el cardamomo o el clavo.

¡Cuidado! No pongas más de media cucharadita por cada 250 gramos de café para que no se convierta en un té chai cafeinado.

Para experimentar un café completamente distinto, en lugar de endulzar con azúcar o cualquier otro edulcorante, agrega mantequilla clarificada o ghee. Tendrás notas dulces y textura cremosa.